Alerta: estafadores en el Ascenso del fútbol argentino
Falsas promesas con mails truchos de transferencias a la MLS de Estados Unidos, pruebas a extranjeros que pagan para jugar y un fantasma cada vez más visible: el de dejarse perder por las apuestas.
Demián Cisnero se entrena con el plantel de Nueva Chicago. Llega libre, con el pase en su poder después de haber jugado en Atlas y en Claypole en la Primera C –cuarta categoría del fútbol argentino–, y en Centro Español, en la D. Estamos en diciembre de 2023. Había jugado en Chicago en Prenovena y en Novena, antes de completar las inferiores hasta Reserva en Independiente. “Acá –le avisa Andrés Montenegro, entonces DT de Chicago– venís a sumar, uno más. No sos prioridad pero el lugar podés ganártelo”. Pero antes de que firme con Chicago, de que salte de la C al Nacional, recibe una oferta imposible de rechazar: Dayhana Celeste Herrera le asegura que va a transferirlo a un club de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos o, en su defecto, a un club–trampolín de la United Soccer League (USL), segunda división. “No firmes –le indica Herrera–. Quedate tranquilo: lo nuestro es seguro y, si firmás, van a querer sacar tajada”. Fue el inicio del calvario para Cisnero, que no juega como futbolista profesional desde 2023 y que ahora, un año y medio más tarde, se pone a punto en un centro de entrenamiento.
Dayhana Celeste Herrera se presenta en las redes como “licenciada en Gestión Deportiva”, “periodista” y “scouting” en “Golden Group DH” desde mayo de 2022. Herrera, cuenta Cisnero, primero le pidió dinero para tramitar las visas de él, de su hermana y de su madre. Y más honorarios para una gestora (resultó ser Herrera desde otro celular). Como había firmado contrato como profesional tanto en Claypole como en Atlas, a Cisnero, después de seis meses, le otorgaron la visa. Pero la supuesta transferencia al FC Dallas de la MLS no se concretaba. Le llegaban correos electrónicos con la membresía de la MLS. Fueron más de 120 mails falsos o adulterados (y un formulario de trabajo truchado). Más tarde, las transferencias supuestamente enviadas por scoutings desde Estados Unidos como “resarcimiento” por la demora de la transferencia resultaron haber sido enviadas desde Argentina por gente que “trabaja” junto con Herrera. Cisnero cree que fueron para mantenerlo callado. Pero el 25 de abril se hartó de las mentiras y denunció a Herrera en las redes (lo hará en la Justicia). Y, ahora, afirma que hay más jugadores estafados en el Ascenso argentino.
Jonathan David Alcoha fue el gerenciador de Deportivo Paraguayo entre 2019 y 2021 con la empresa Nivel Uno Sports. Había prometido la construcción de la cancha propia en Villa Scasso, González Catán. Exfutbolista y representante, antes de que entrara a Paraguayo, Alcoha traía a cambio de dólares a juveniles extranjeros a vivir a una casa de Lanús y les prometía pruebas. Fue denunciado por estafas y abandono de persona. “En 2019 estafó a cinco colombianos y dos mexicanos, y hoy salen a la luz nuevos casos de chicos argentinos y extranjeros de entre 16 y 19 años”, se lee en un pedido de cárcel en la plataforma change.org. A Alcoha, además, le reclamaron deudas los jugadores de Paraguayo y el exentrenador Fabián Cabello. Por compra y venta de autos, por trabajos “extra” como vender alcohol en gel. Le debía dinero al corralón cercano a la cancha, que nunca se terminó de construir. Paraguayo se ubica hoy último en la zona B de la Primera C, ahora última categoría del fútbol argentino después de que la AFA eliminase la D en 2023.
Los estafadores se aprovechan, sobre todo, de jóvenes incautos, muchas veces con necesidades económicas, sin formación ni contención familiar. Y, también, de lo que es un secreto a voces: de chicos que pagan para jugar, para ser llamados “futbolistas”, para que un club les firme un contrato y luego sean reconocidos como tales (si juega partidos oficiales, acaso el representante de turno desembolse más dinero). En febrero de 2021, el representante Ruben Oscar Basualdo canceló sobre la hora una prueba de juveniles en el predio de Defensores Unidos de San Pedro porque no le había abonado el alquiler al club. “Vos le cagaste la ilusión a mi hijo, me tenés que devolver lo que gasté”, lo increpó la madre de un joven, según consignó el semanario sampedrino La Opinión. “Tenemos convenios con clubes de Primera y sus captadores vienen a mirar a los jugadores que preparamos. El jugador que gusta, se va. Hemos estado sacando chicos a clubes de Primera y Ascenso”, le había dicho Basualdo a La Opinión. En los últimos posts del Instagram “Basualdo y Asociados Fútbol” hay fotos de chicos que firman con Centro Español, Alem y Defensores Unidos de Zárate.
No hablamos, aquí y en esta oportunidad, de futbolistas estafadores de los clubes (y de los hinchas y de los socios). Que van “para atrás”, que juegan a perder, a dejarse meter goles, a tirar la pelota afuera o a cometer penales a propósito, todo para favorecer a las apuestas (ilegales). Pero también conviven en el fútbol de Ascenso argentino. “Buen día, compañeros. Comparto lo publicado por la Casa y por pedido del presidente de la categoría. Estemos atentos a lo que sucede en nuestros planteles, ct (cuerpos técnicos) y clubes. La Casa va a tomar las medidas correspondientes con respecto a estas situaciones”, les envió la AFA a algunos dirigentes de clubes del Ascenso, a través de los grupos de WhatsApp de cada categoría, después de que suspendiese a cuatro jugadores brasileños de El Porvenir y a un representante serbio. Es uno de los males que aqueja al fútbol de Ascenso. Otro, el de los estafadores locales que corroen el sueño de aquellos que intentan competir con dignidad.