Cinco apuntes sobre Colapinto
Tres carreras con el equipo Alpine sin demasiado brillo y los interrogantes para el futuro. Todo lo que sabemos sobre el momento actual del argentino en la Fórmula 1.
Los fanáticos no tienen exactamente lo que querían: ciertamente, Franco Colapinto regresó a la F-1 después de seis Grands Prix de ausencia, pero alejado del brillo que había destilado su presentación original, en el GP de Italia, en septiembre pasado, con el equipo Williams. Estas tres carreras disputadas en fines de semana consecutivos –Imola, Mónaco, Barcelona- permiten evaluar algunas conclusiones entre el pasado reciente y el futuro que viene. A saber:
El reemplazo no está dando resultados
Aunque pueda haber atenuantes, lo concreto es que Colapinto no lo está haciendo mucho mejor que su antecesor, Jack Doohan, contra todo lo que esperaban sus fans. Puede haber dificultades en torno a la máquina que conduce (el 80 por ciento de la responsabilidad en el éxito o la derrota siempre le corresponde al medio mecánico), pero es el mismo coche. El argentino reemplazó al australiano con la misión de sumar puntos para el equipo, pero hasta ahora no lo consiguió. Las razones son claras, pero podrían no servir como defensa.
El Alpine empeora a la hora de correr
Traducido: funciona mucho mejor cuando solo tiene que dar una vuelta rápida que cuando debe encarar un Grand Prix de 300 kilómetros plus. Basta mirar el carnet de Pierre Gasly, el primer piloto de la escuadra: cinco carreras en la Q3, el top-10 de la clasificación, pero solo sumó puntos en tres competencias (una de cada tres).
Colapinto todavía no exprime totalmente el Alpine en la clasificación: estaba llegando al límite en Imola cuando chocó y no pudo tomar parte de la Q2; fue muy conservador en Mónaco, para no repetir el incidente con paredes tan próximas; y en Barcelona, un problema mecánico no lo dejó avanzar. En definitiva, nunca pudo abandonar el fondo del pelotón. Era muy difícil, entonces, que con un auto que empeora para la carrera -porque no sostiene su ritmo- el piloto de Pilar pudiera avanzar muchos puestos para acceder a la zona de puntos. Por ahora, esa expectativa no es lógica.
Su coche está mal preparado
Con sus obvias falencias (falta de potencia, escasez de ritmo), el A525 le permite a Gasly intentar meterse en el Top-10. Pero no es la primera vez en la historia que un equipo de Fórmula 1 no cuenta con los recursos para sostener dos coches de forma competitiva. Lo que ocurrió el fin de semana en Barcelona fue elocuente.
Colapinto sufrió el viernes de práctica con una fuga hidráulica, lo que en un momento hizo temer que fuera un problema en la planta impulsora. No fue así y en la primera práctica del sábado, experimentó un avance en rendimiento. Sin embargo, a la hora de asegurarse su paso a la Q2 en clasificación –lo que habría sido inédito en esta corta campaña- el Alpine nº 43 volvió a fallar. Y la falla fue recurrente.
La preparación de un coche implica una larga lista de tareas que el ingeniero jefe elabora y el jefe de mecánicos hace cumplir. Se alista, se revisa, eventualmente se repara el coche, en una tarea que puede durar hasta la noche. Si la preparación es deficiente o defectuosa, los coches no rinden o pueden romperse. Que la falla haya sido recurrente es lo peor que puede ocurrir: o el problema es insoluble o la gestión humana no fue la correcta.
Como el problema se solucionó para la carrera, la respuesta reside en los recursos. Alpine perdió cerca de 300 empleados desde que Flavio Briatore se hizo cargo a mediados del 2024. Imposible que semejante sangría no haya afectado.
Alpine está medio año retrasado
Cuando Colapinto firmó su contrato con Alpine, en diciembre pasado, el equipo acababa de terminar sexto en el Mundial de Constructores gracias a un golpe de efecto técnico en las últimas carreras, cuando aparecieron desarrollos novedosos en un momento en que el resto de los equipos ya habían dejado de trabajar en mejorar sus autos y se abocaban a diseñar y construir los autos para este torneo 2025. Los Alpine hicieron doble podio en Interlagos –el día en que Colapinto chocó dos veces su Williams- y con los puntos que sumaron el equipo saltó tres lugares en la tabla, del noveno al sexto puesto.
Alpine había arrancado muy mal el 2024, hubo cambios en la dirección técnica y su nuevo responsable, el francés David Sánchez, empezó a trabajar recién en mayo. De allí que las mejoras arribaran tardíamente.
Pero en 2025, mientras los rivales de la mitad del pelotón –Williams, Racing Bulls, Haas, Aston Martin- presentaban nuevas versiones, el A525 es, en líneas generales, apenas una pasada en limpio del A524. Un coche medio año retrasado.
A Aston Martin no le funcionó su versión 2025. Pero sí a Williams, que de todas maneras sigue sufriendo en circuitos con curvas de largo recorrido, como Barcelona. Sauber, que normalmente no tiene recursos para salir del fondo del pelotón, apareció en España con modificaciones serias, que le permitieron a Nico Hulkenberg terminar quinto, sumando puntos gruesos.
A Alpine le está faltando una renovación como la de Sauber para poder dar un salto de rendimiento, para que Colapinto clasifique mejor el sábado y tenga más chances el domingo.
La desconocida agenda de Briatore
Para muchos, el Tío Flavio es el gran benefactor de esta historia. Fue quien contrató al argentino, fue quien le dio la chance de subirse al auto en Imola, fue quien lo proveyó con la lista de compras: “No pido diez cosas sino tres: ir rápido, no romper el auto y sumar puntos”.
Pero el trato del venal italiano parece haber cambiado. El horizonte de cinco carreras, que en su momento había relativizado si el argentino rendía, asoma como amenaza. Si fuera real, quedarían dos carreras, en Montreal –un circuito que el argentino no conoce- y Austria, dónde en 2025 corrió con un Fórmula 2. Si el coche no suelta algo más de performance, si no lo deja a Colapinto sentirse más cómodo y confiado en su conducción, el panorama puede ponerse serio.
Y tampoco sabemos a ciencia cierta qué quiere Briatore: ¿darle a Franco el espacio y la oportunidad o, en cambio, subir en su reemplazo a otro piloto para el GP de Inglaterra, de manera de arrancar otra buena remesa económica de la que –según se supo- se lleva su comisión? No hay manera de dilucidarlo.
De seguro que Colapinto sabe que este es el momento más delicado que vive desde que debutó en Fórmula 1. A diferencia de cómo terminó el 2024, las chances de que vuelva a correr si le quitan esta butaca pueden ser escasas.
De manera que en lo inmediato el camino está trazado: el argentino debiera explotar este auto en su expresión más poderosa –a la hora de clasificar- para tener la chance de largar en el segundo pelotón, aunque ello no le asegure nada en la carrera. Ganar más confianza con el auto para acelerarlo al límite, y con un equipo que no ofrece las mismas garantías que Williams hace menos de un año atrás.
Todo lo demás es cartón pintado.