Colapinto en Mónaco: limitación de daños
El piloto argentino completó el complejo Gran Premio monegasco, una jornada que finalizó con el triunfo de Lando Norris por encima de Charles Leclerc.
El problema con la Fórmula 1 es que transcurre mucho tiempo hasta que ocurre algo significativo. Como se televisan todas las prácticas y la clasificación, durante 48 horas se produce material sin tanto significado hasta que llega el momento importante: el Grand Prix. Muchos análisis críticos se basaron en resultados de relativa importancia. Recién cuando la bandera a cuadros cae se diluye el humo y es posible la evaluación concreta. El GP de Mónaco pudo haber sido la peor carrera de Franco Colapinto en Fórmula 1 pero acabó siendo un decoroso ejercicio de limitación de daños.
A las pruebas: el Alpine-Renault A525 era el peor coche de la grilla en términos de rendimiento, y en ese sentido Colapinto peleaba con un arma sin filo. No era una apreciación subjetiva sino la lectura estricta de las planillas de tiempos. El equipo francés no pudo replicar en la pista monegasca las performances –en términos de velocidad- de los años anteriores, a saber:
En 2022 largaron 7º y 10º
En 2023, 4º y 9º
En 2024, 10º y 11º
En 2025, 18º y 20º
Si el coche del año pasado era un auto pesado y falto de potencia, el de este año empeoró ese panorama, al punto que Pierre Gasly, el compañero de Colapinto, ni siquiera bajó su tiempo de doce meses atrás:
En 2024, 1m10s896 (Q1)
En 2025, 1m11s993 (Q3)
Más de un segundo más lento: el análisis comparativo de ambas vueltas mostraba que, este año, Gasly salía de las curvas unos 5 km/h más lento que en 2024. Falta de tracción que supone una carencia de agarre mecánico: poco grip, suspensiones que no trabajan como deben.
La progresión que los Alpine venía demostrando en términos de tiempo de vuelta se vio interrumpida en este ejercicio:
En 2022: 1m12s247
En 2023: 1m11s553 (-0s694)
En 2024: 1m10s896 (-0s657)
En 2025: 1m11s993 (+1s097)
En resumen: este A525 era una auténtica catramina en los vericuetos de Mónaco. Ese fue el primer (y principal) condicionamiento de Colapinto. El segundo fue la necesidad de no romper su coche en el circuito en el que el golpe es muy probable. De allí la diferencia superior al medio segundo que, en general, le sacaba Gasly.
“El auto no dobla” señalaba el argentino tras la clasificación. Es decir, que también faltaba agarre en el tren delantero. En ese panorama, lo más sensato era un paseo de domingo, jugando con las variables estratégicas. Y no mucho más.
“Fue una carrera muy aburrida, como salir un domingo a la mañana a la ruta con la familia –graficó- Ir tan despacio a mí me aburre”. Como la mayoría de los equipos, Alpine pensaba sacrificar a su piloto más retrasado en función de su compañero. Lo hizo Racing Bulls con Liam Lawson para ayudar a Isack Hadjar y luego Williams con Carlos Sainz y Alex Albon. Pero el accidente de Gasly en la novena vuelta, chocando de atrás a Yuki Tsunoda (¡y el francés reportó falla de frenos muy temprano!) dejó solo al argentino en la mirada del equipo.
Lo hicieron completar sus paradas obligatorias en los giros 13 y 26, y la carrera era tan lenta, que pronto recuperó el ritmo y se coló en el trencito que Sainz lideraba delante de los Mercedes. Estaba calzado con el compuesto C5 (que en cualquier otra carrera es el más blando), sin uso previo, para completar más de 60 vueltas. Pero el ritmo allí era tan reducido que las cubiertas tenían que durar forzosamente. Estaba último, pero sabía que muchos de sus rivales tenían que parar al menos una vez más (o dos, como los Mercedes).
Y eso fue lo que ocurrió. Con los abandonos de Gasly y Alonso, y las paradas tardías de Antonelli, Tsunoda, Hulkenberg, Stroll y Bortoleto, saltó de la 18ª posición de largada al 13º lugar final. Solo lo superó, gracias a una estrategia superior, Oliver Bearman. “Dentro de todo, fue positivo”.
Si en Barcelona, la semana pasada, el A525 abandona el rol del peor coche en rendimiento, la situación puede dejar de ser una de limitación de daños. Los aficionados lamentan que este Alpine no sea tan competitivo como el Williams del año pasado (¡y mucho menos que el Williams actual!). Colapinto ha vuelto a la Fórmula 1, como sus fanáticos esperaban, pero en condiciones menos valiosas que las de 2024. Ya quedó claro.