Cuando el show se come al tenis
¿Final un jueves? ¿Final un lunes? Ausencias, bajas, retiros. La ampliación de varios de los torneos M1000 y WTA 1000 a una semana y media hizo descarrilar al circuito. Apoyo, quejas y polémicas.
El tenis, sin dudas, es un deporte muy estructurado. Cualquier movimiento que haya genera un pequeño sismo. El calendario tiene un orden que se repite año a año, Wimbledon se juega de blanco y los Grand Slams son a 5 sets en hombres. Por más que haya pruebas y más pruebas en la NextGen pocas son las que se trasladan al circuito, como por ejemplo el coaching. Y aún así la intervención de los entrenadores -sin conversación con el jugador- no tiene un 100% de adeptos entre los jugadores. Ahora bien, Canadá y Cincinnati pusieron sobre la mesa una discusión que ya había tenido un primer capítulo este año con el combo Madrid-Roma: los M1000 y WTA 1000 de semana y media.
No es común ver que una final tenga un final abrupto por retiro. Para colmo, bajo una gran expectativa por tratarse de otro episodio del nuevo clásico entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz. Tampoco que se haya jugado un lunes a las 15hs en un torneo que estuvo marcado de principio a fin por las altas temperaturas, con desmayos y vómitos de jugadores incluidos. Mucho menos que la campeona de Cincinnati tenga que saltar a la cancha tan sólo 20 horas después en Nueva York, a 1.000 kilómetros de distancia -en vuelo de 2hs aprox-. Es cierto, para el dobles mixtos de las estrellas del US Open, con carácter oficial pero con color a exhibición. Un show. Pero todo es show, ¿no? El tema es cuando este show comienza a ser contraproducente.
“Los Masters 1000 de dos semanas se han convertido en una lata”, resaltó Stefanos Tsitsipas, quien atraviesa una temporada más que irregular y con un récord de 8 victorias y 7 derrotas en este tipo de torneos. “La calidad ha bajado definitivamente. Los jugadores no están teniendo el tiempo de recuperación o entrenamiento que necesitan, con partidos constantemente y sin espacio para el trabajo intenso fuera de la cancha", agregó el griego, quien como mejor actuación en M1000 en 2025 cuenta con un cuartos de final en Montecarlo, justamente el único torneo de este rango que ha durado una semana en este año.
El calendario ya contaba con dos M1000 y WTA 1000 extendidos, para llamarlos de alguna manera. Indian Wells y Miami. Y no había problemas. Con inicio a mitad de semana y final al domingo siguiente. El eje de la cuestión es la buena posición en el calendario de estos torneos. A más de un mes del fin del Australian Open y a una semana del inicio de Montecarlo -torneo no obligatorio pese a ser M1000- y a dos del WTA 500 de Stuttgart. Y además, dato no menor, la temporada recién está comenzando y los jugadores aún no tienen agotamiento físico ni mental por el trajín del circuito.
“Estoy muy cansada. Creo que este tipo de torneos se hacen muy largos y eso no ayuda”, marcaba Elena Rybakina después del combo Madrid-Roma con eliminación en ambos torneos en tercera ronda. “Estar en el mismo sitio durante casi dos semanas, terminas y no te vas a descansar. Y luego tienes que jugar otro WTA 1000. Eso no es fácil. Me gustaba más como antes. Con dos WTA 1000 de dos semanas como Indian Wells y Miami basta, pero hacer los torneos de Madrid y Roma tan largos y luego de seguido Roland Garros…”, resaltaba la kazaja, quien luego se despediría en octavos de final en París. Acá, en Canadá y Cincinnati, la potente jugadora de 26 años clavó semifinales en ambos torneos. Habrá que ver cómo le va en el US Open.
Pero no todos los tenistas decidieron completar el raid Canadá-Cincinnati-Nueva York. El año pasado Toronto y Montreal habían sufrido muchísimo en el cuadro con bajas a último momento por los Juegos Olímpicos de París 2024; esta vez fue el calendario. Entre las ausencias más notables se dieron las de Sinner, Alcaraz, Djokovic y Sabalenka. Pavada de nombres, ¿no? Su talón de Aquiles esta temporada fue estar a sólo dos semanas del final de Wimbledon -el año que viene serán tres- y con el torneo de Ohio y el Grand Slam estadounidense a continuación.
“Los Masters 1000 necesitan a los mejores. Son el corazón del circuito después de los Grand Slam”, no dudó en lanzar Karl Hale, director del torneo de Toronto en el podcast Nothing Major que llevan adelante los extenistas John Isner, Jack Sock y Sam Querrey. “La exigencia del calendario, el cansancio y otros factores han provocado que algunos jugadores clave se pierdan estos torneos. Sin el compromiso de los jugadores top, los Masters 1000 pierden parte de su prestigio y relevancia”, agregó.
Y aquí, entonces, la llave de la cuestión. La solución al problema la tienen los jugadores. Por más que estén obligados a través de multas económicas y penalidades de puntos algunos ya empezaron a bajarse de los eventos. Es cierto, lo hicieron los que tienen espaldas anchas. Y sin hacer mucho ruido. La voz de la PTPA, la asociación comandada por Nole y Vasek Pospisil y que lucha por los derechos de los jugadores, parece aplacada. Después del escándalo que levantó hace unos meses, y que siempre ha criticado con dureza al calendario y al juego en altas temperaturas, pasó de largo por estas semanas. Sin jugadores no hay show. Eso es claro. Por eso, aunque no hablaron al respecto, el tema tomó color estas semanas.
Siguiendo la línea de las ausencias, no sólo Canadá fue el que sufrió. Cincinnati por ejemplo no contó con las finalistas de Montreal por cuestiones de calendario y agotamiento físico. La sorpresiva canadiense Victoria Mboko, campeona local ingresando al cuadro gracias a un wild card, debía estar jugando la clasificación de Cincinnati al mismo momento en el que estaba disputando las semifinales. Recibió, como es común en estos casos, una Special Exempt para saltar directo al main draw del torneo de la siguiente semana, con la salvedad que en esta ocasión por seguir avanzando y alcanzar la final no sólo ingresó al cuadro sino que también tuvo que pasar directamente como bye a la 2da ronda por cuestiones de calendario, sacándole el lugar de preclasificada a una colega. Un calendario delineado hermosamente. Finalmente, Mboko, al igual que Osaka -la otra finalista de Canadá-, se bajó del evento estadounidense.
“Sería justo que en algún momento la gente pudiese elegir dónde jugar y dónde no, porque si el circuito es bueno para todos, entonces la gente querrá jugar. Pero ahora vamos en sentido contrario a lo que deberíamos, porque todo el mundo persigue el ranking y los puntos”, resaltó Rybakina. “Creo que hay muchas cosas que mejorar en el circuito y lo dije el año pasado. No tengo mucha energía para luchar y decir mi opinión porque no es fácil cambiar las cosas. Siento que estoy gastando energía intentando hacer algo diferente o hablando con la gente. Solo sigo las reglas e intentaré dar todo lo que pueda”, continuó la número 10 del mundo.
No es algo nuevo que los jugadores vienen pidiendo más descanso, por más que después completen su calendario en los días libres con exhibiciones millonarias alrededor del mundo, y estos Masters y WTA 1000 con descansos entre partidos fue el intento que propuso ATP y al cual WTA se sumó. De hecho, los tres 1000 (Dubai, Doha y Wuhan) que WTA tiene en su calendario separados del circuito de hombres se continúan jugando con una semana de duración. Y así como llueven las críticas, a algunos les gusta.
“Creo que, por lógica, debería ser todo lo contrario a ser propenso a lesiones, porque tienes días de descanso. Personalmente me encanta el formato de dos semanas, aunque en realidad es semana y media. Me gusta que haya un día libre. Me gusta que se le dé más importancia. Si juegas bien en los Masters de dos semanas no hace falta que añadas torneos en muchas semanas”, explicó Daniil Medvedev, quien perdió en 3ra. Ronda en Canadá y en su debut en Cincinnati, lo que hará que llegue al US Open con apenas tres partidos en el último mes.
Similar punto de vista tuvo Aryna Sabalenka, quien cayó en los cuartos de final de Cincinnati. “Personalmente prefiero tener un día para descansar. Es un torneo largo, casi de dos semanas y prefieres jugar el partido que descansar, pero creo que, para mí, físicamente es mejor”, remarcó la número uno del mundo, que de todas maneras optó por no jugar en Canadá para descansar mentalmente y tomar un poco de distancia del circuito para afrontar esta última parte de la temporada.
Sin embargo son muchas más las voces negativas. Y una de las más fuertes, en jerarquía de nombre y por lo que dijo, fue la de Alexander Zverev. "No me gusta nada la situación actual. La ATP debe analizar bien esto porque no conozco ni a un solo tenista, y te diría que tampoco a ningún aficionado, al que le gusten los Masters 1000 de dos semanas. Sé que el tenis es un negocio, pero creo que este negocio no está funcionando", sentenció el alemán.
"Me encantaría regular mis fuerzas y jugar menos torneos, pero es imposible. Tienes ocho Masters 1000 que son obligatorios, muchos de ellos de dos semanas de duración, tienes otros cuatro ATP 500 y los cuatro Grand Slams. Sumale Montecarlo, ATP Finals, Copa Davis... Es imposible competir en menos de 20 torneos al año”, agregó Sascha, quien, como contrapunto, confirmó su presencia en la exhibición de Riyadh del Six King Slam, que reparte millonadas y se jugará el 15, 16 y 18 de octubre, con presencia además de Sinner, Alcaraz, Djokovic, Taylor Fritz y Jack Draper.
Torneos de una o dos semanas. Finales en días atípicos. Exhibiciones por otro lado. Descanso, desgaste, críticas y enojos. Conversaciones de vestuario. Cada uno quiere llevar agua a su molino. El show debe continuar. Esperemos que el show no se coma al deporte.
estaria buena alguna nota sobre estas exhibiciones que se estan jugando en este ultimo tiempo en el tenis. Lei algunas criticas a la hipocresia de pedir calendarios mas livianos pero despues jugar estos torneos, pero no se cuan real es y que esta haciendo la atp con esto (simil pga tour y liv en golf)