Bajo techo: los secretos del deporte indoor
Con el Mundial de Nanjing en el horizonte, atletas y entrenadores argentinos cuentan en primera persona los desafíos del deporte bajo techo.
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Javier Morillas, una de las eminencias del atletismo argentino y el responsable del área de velocidad de la Selección Nacional, lo tiene en claro: “Normalmente, en esta región del mundo nos encargamos primero del aire libre y después nos adaptamos para las pruebas bajo techo, teniendo en cuenta que clasificar a un Mundial bajo techo es en algunas pruebas hasta más exigente que hacerlo a un Mundial outdoor”.
Morillas es el responsable de la irrupción estelar del velocista albiceleste más importante de este siglo: Franco Florio se debatía entre el rugby y el atletismo. Había jugado desde los cinco años en Belgrano Athletic, destacándose obviamente como un wing centellante. Fue campeón en las categorías menores de la Unión de Rugby de Buenos Aires e incluso fue convocado para vestir la camiseta de Los Pumas 7 en el circuito mundial de World Rugby. La pausa forzada por la pandemia y la aparición de Morillas en su camino inclinaron la balanza en favor de su futuro como velocista.
Y no se equivocó: Florio batió el récord nacional que Jorge Luis Polanco había establecido hace casi tres décadas en los 60 metros indoor, un hito que nutre su currículum después de haber pulverizado la marca de los 100 metros al aire libre. Destinado al protagonismo internacional, sus próximas semanas serán intensas: después de su gira autofinanciada por Europa, adonde viajó con el objetivo de continuar con su progresión, liderará la delegación que competirá en el Sudamericano bajo techo en Cochabamba en busca de la marca clasificatoria para el postergado Mundial de Nanjing, que se disputará entre el 21 y el 23 de marzo en la ciudad china después de numerosos retrasos desde que en 2020 se suspendiera por el coronavirus. “Para asegurar entrar al Mundial indoor hay que bajar del 6.67 a un 6.62 o 6.63 con eso te podrías meter estadísticamente hablando”, explicó Florio al programa Alto Rendimiento de DSPORTS Radio.
Cochabamba, el único torneo en el que no verán el cielo para muchos de los atletas, también será la oportunidad de subirse al podio y sumar puntos con el objetivo futuro de emitir su pasaje al Mundial tradicional, que se disputará Tokio entre el 13 y el 21 de septiembre. Para todos habrá un incentivo en común: el Sudamericano que se celebrará en Mar del Plata, entre el próximo 25 y 27 de abril. Entre eventos indoor y outdoor, la adaptación presenta sus desafíos de distinta dificultad según la disciplina.
“Los periodos de aceleración en el indoor son más cortos -explica Morillas, también entrenador de la velocista Florencia Lamboglia que conquistó 24 títulos nacionales, a Insiders-. En los 60, la aceleración es más corta. Y en cuanto a los corredores de 400 tienen que tener un cambio de ritmo más puntual. Generalmente se acelera entre seis y ocho pasos, cuando en la pista afuera se pueden hacer hasta 12. Teniendo en cuenta la aceleración, son tramos mucho más cortos. Se entrega más también en los cambios de ritmo que para una prueba de 400 al aire libre”.
Bajo techo, el atleta corre el doble de curvas para la misma distancia: la pista tradicional es de 400 metros pero bajo techo es de 200 metros. La diferencia entre indoor y outdoor provoca que varios atletas decidan especializarse únicamente en las pruebas bajo techo: “Con el avance de las disciplinas bajo techo, hay gente que se dedica específicamente a esas disciplinas y luego toma el aire libre como complemento. Como la polaca Ewa Swoboda, quien fue subcampeona del mundo en pista cubierta pero no corrió la final olímpica en París”, advierte Morillas.
La mediofondista Fedra Luna Sambrán fue bicampeona sudamericana en los 1.500 y 5.000 metros en San Pablo 2023 y repitió su gesta en los Juegos Sudamericanos del año anterior. Residente en la ciudad española de Soria, en 2023 también fijó los récords sudamericanos de 1.500 y 3.000 indoor, un tiempo que volvió a destrozar en Valencia el último viernes 7 de febrero aunque no se fue conforme: “Me encontré rara, un poco exaltada y hasta perdida en las vueltas, en los ritmos, y en los tiempos que me iban dictando. Cada vez que arranco la temporada de pista corta es una nueva experiencia”.
“Bajo techo quizás te veas un poco más acorralada porque es un espacio pequeño para hacer la entrada en calor, pero eso lo vas diagramando vos -detalla Luna Sambrán a Insiders-. Vas a tener más cuidado porque hay otras personas, generalmente con los vallistas o velocistas son con los que hay que tener más cuidado”.
Para Fedra también es un ecosistema diferente al completar sus vueltas en un trazado de 200 metros, una distancia que desde 2023 la propia World Athletics define como “pista corta”: “Que sea de 200 metros te da una sensación de que vas más intenso en cuanto al ritmo. Es difícil de explicar, es una sensación rara, estás todo el tiempo muy acelerado. Y se sienten mucho las pistas que tienen mucho peralte -mayor elevación de la parte exterior de una curva en relación con la interior- porque el tobillo va todo el tiempo inclinado”.
Las particularidades de la pista no son un tema menor: “No me gusta ese tipo de pistas, porque inclusive a la hora de largar, las que solemos estar por fuera de la línea, nos agarra toda la curva en subida. Cuando salís de esa curva tenés un pequeño remate porque estás bajando de esa subida y tenés un envión, pero siempre depende de la pista. Podés tener una recta de 60, de 90 o de 80. Eso hace que sean diferentes momentos en los que tenés que rematar, pensando en una la curva. Ya en la recta anterior tenés que ir focalizándote o en qué posición vas a ubicarte. No todas las pistas son iguales, depende de cuánta curva y peralte tengan. La de Zaragoza es de 180 metros y es un mundo totalmente distinto a una de 200, veinte metros hacen bastante diferencia en cuanto a la estrategia y a la forma de correr”.
Mariam Buenanueva es otra de las atletas argentinas que ya sobresalió en la etapa indoor del año. Afincada en Texas, Estados Unidos, desde que fue arropada por Lamar University en 2021, superó una serie de lesiones que le permitieron empezar a alcanzar su potencial. La cordobesa de 22 años brilló en Houston al establecer el nuevo récord argentino en salto en largo indoor con 5.69 metros, una marca que consiguió en el marco del pentatlón -no hay heptatlón bajo techo- en una jornada en la que consiguió batir la plusmarca nacional en la prueba con 3661 puntos gracias a sus buenos registros, en un mismo día y de forma consecutiva, en los 60 metros con vallas, lanzamiento de bala, salto en largo, salto en largo y 800 metros.
La proeza de Buenanueva tiene una particularidad: lo logró en condiciones que nunca había atravesado en su Córdoba natal ni tampoco en su universidad: “No hace mucho frío, nevó un día en todo el invierno. No sería malo tener una pista indoor, pero no es tan necesario”. Cada escenario dentro del pentatlón tiene sus propias diferencias entre el bajo techo y el aire libre, detalles imperceptibles al ojo común que precisa Buenanueva a Insiders: “Los 60 con vallas pasan tan rápido, es tan corta, que siento que cuanto más veces la corrés, más entrás en ritmo. No tenés ni tiempo de pensar que ya se terminó la carrera. Yo soy de las 100 con vallas, soy mejor en las últimas vallas porque me cuesta arrancar y entrar en velocidad. Tengo mejor final”. En el caso de los saltos, la ausencia total de viento es un factor ineludible, para bien o para mal.
Germán Lauro, una de las glorias del atletismo argentino, se retiró a principios de 2020 pero dejó un legado escrito a fuego en la historia: fue sexto en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y finalizó dentro de los primeros diez en dos Mundiales. Pero su palmarés también acumula logros bajo techo: terminó entre los seis primeros en otros tres Mundiales indoor.
“No hay grandes diferencias en la mayoría de las pruebas -anticipa Lauro a Insiders-. Como es lógico, se suele competir cuando hace mucho frío entonces tenés una gran variante entre el afuera y el adentro. Eso lleva a que la entrada en calor dure un poquito más, y son habituales los camperones, pantalones largos y hasta gorritos de lana. Por lo general no se tienen los mismos espacios para entrar en calor, pero eso afecta más a la pista que en los lanzamientos”.
“En el lanzamiento de bala -profundiza- los círculos son de madera, no son de cemento. Entonces tienen a ser un poco más patinosos y resbaladizos por la pintura. Y si hay jaula, es cuadrada y hay riesgo de más nulos si uno lanza abierto a cierta distancia porque el ángulo es diferente”. Lauro, quien también añadió el lanzamiento de disco como especialidad y acumuló 10 campeonatos sudamericanos además de cuatro Iberoamericanos, es un nombre que vivirá para siempre en los anales del atletismo argentino. Florio, Buenanueva y Luna Sembrán todavía pueden agigantar sus prometedoras carreras, ya sea bajo techo o bajo las estrellas.