Escondidos en Brujas
Los clubes belgas están viviendo su mejor momento en décadas y el Brujas quiere dar el golpe en la Champions League hasta el Aston Villa. Su buena campaña no es fruto de la casualidad.
2 de octubre de 2024: El debut en la primera fecha de la Champions, bajo el nuevo formato de liga, había sido catastrófico. Los hinchas que llenaron el estadio Jan Breydel para alentar a su Brujas terminaron marchándose con la cabeza gacha y la sensación de que superar la primera etapa sería durísimo, tras un desalentador 0-3 ante el Borussia Dortmund. Pero el alma les volvió al cuerpo en Austria, cuando el griego Christos Tzolis, con un bombazo desde dentro del área, selló el 0-1 ante el Sturm Graz y consiguió los primeros tres puntos en el torneo. Se podía seguir creyendo, aunque el camino aún era muy largo.
Si entre mediados de los 60 y los 70 el mundo entero habló del Fútbol Total desplegado por los clubes y la selección de los Países Bajos, luego posaría sus ojos en sus vecinos, los belgas, quienes tomaron la posta hasta inicios de los 90. En aquellos años dorados, el Anderlecht conquistó tanto una Copa de la UEFA (1982/83) como dos Recopas (1975/76 y 1977/78), mismo trofeo que también alzaría el humilde Malinas en 1987/88. Instituciones como el Standard Lieja, Amberes, Beveren o Waregem, por su parte, también fueron habituales en las últimas rondas de los torneos europeos. El Benelux brillaba como nunca.
Este auge tuvo su correlato en la selección belga, que se codeó con los mejores. Erwin Vandenbergh, Nico Claesen, Jan Ceulemans, Enzo Scifo, Eric Gerets y Michel Preud’homme, liderados primero por Raymond Goethals y luego por Guy Thys, conformaron una generación espléndida. Un tercer puesto y un subcampeonato continental (1972 y 1980, respectivamente), además de un cuarto puesto en México 1986 —solo frenados por una tarde magistral de Diego Armando Maradona— fueron el reflejo de un fútbol en la flor de su vida, sin saber que pronto se marchitaría.
Entre todos los clubes, hubo uno que estuvo cerca de alcanzar la gloria en un par de oportunidades, aunque siempre acabó muriendo en la orilla. El Club Brujas tuvo un recorrido espléndido en la Copa de Campeones de Europa 1977/78: Panathinaikos, Atlético de Madrid y Juventus sucumbieron ante la escuadra dirigida por el austríaco Ernst Happel, que contaba con nombres como Georges Leekens, René Vandereycken y Jan Sorensen. Solo pudieron ser frenados en la final de Wembley, pero incluso allí se plantaron ante el mejor equipo de la época, el Liverpool de Kenny Dalglish. Tres años antes, habían sido los mismos Reds quienes les habían negado la gloria en la final de la Copa de la UEFA.
6 de noviembre de 2024: el encuentro ante el Aston Villa estaba siendo durísimo. Los Villanos llegaban con un arranque impecable: tres victorias en sus primeros tres partidos —incluida una ante el Bayern Múnich— y sin haber recibido goles, convirtiendo su regreso al máximo certamen continental en todo un éxito. Sin embargo, un error infantil de Tyrone Mings —que agarró la pelota con la mano dentro del área tras un saque de arco del Dibu Martínez— le dio al Brujas un penal a favor en casa. Hans Vanaken, capitán y alma del equipo, tomó la responsabilidad y obró el milagro: adiós a la racha del arquero marplatense y otros tres puntos vitales para los azul y negros.
La institución de Flandes Occidental fue, durante la primera época dorada del fútbol belga, una de las mejores del país junto con el Anderlecht. Sin embargo, el nuevo siglo no estaba siendo tan benevolente con ellos, más allá de algunos títulos en la liga y copas nacionales. Y aunque eran un clásico en las competiciones europeas de cada año, seguían lejos de poder competir con los clubes de las mejores ligas del Viejo Continente. Los cuartos de final de la Europa League 2014-15 apenas parecieron un oasis en medio de ese desierto llamado fase de grupos de la Champions League.
Sin embargo, la historia había empezado a cambiar unos años antes, más precisamente en 2011, cuando entró en escena el empresario financiero e inmobiliario Bart Verhaeghe, quien se convirtió en el accionista mayoritario del club. Desde entonces, los hinchas del Brujas volvieron a disfrutar: seis Pro Leagues, una Croky Cup y cuatro Supercopas pasaron a engrosar las vitrinas flamencas. Desde la temporada 2016-17, además, el Brujas se asentó en la Champions, dejando en claro que el proyecto iba en serio.
El periodista español Damián García, fundador del sitio El Balón Belga, le expresó a Insiders que existen tres puntos clave para comprender este momento de los azul y negro:
El poderío económico: si bien es cierto que clasificar durante tantas temporadas seguidas a la fase de grupos de la Champions League genera grandes beneficios, lo que realmente convirtió al Brujas en el equipo más solvente de la liga fue su capacidad para buscar futbolistas en ligas de menor categoría, comprarlos barato y venderlos caro. El caso más emblemático es el del brasileño Igor Thiago, quien llegó desde el Ludogorets por 11 millones de euros y terminó yéndose al Brentford por 33. Desde la temporada 2017/18, en solo dos oportunidades el club gastó más de lo que ingresó por ventas, y en tres de esas campañas logró transferencias por 65 millones de euros o más, adquiriendo jugadores casi siempre por menos de 25 millones. Según Transfermarkt, esto ha llevado a que la plantilla del Brujas tenga actualmente un valor de 150 millones de euros, muy por encima de la del Anderlecht (108) y la del Genk (107).
Apuesta por el talento juvenil: según el Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES, por sus siglas en inglés), la Pro League es el segundo torneo —entre los 50 mejores a nivel mundial— con menor media de edad en sus plantillas, con un promedio de 25,2 años. El Brujas no es la excepción, ya que su escuadra ronda esa cifra (25,9). Jugadores como Chemsdine Talbi, Joaquin Seys (19 años), Kyriani Sabbe, Joel Ordoñez (20), Romeo Vermant (21) y Ardon Jashari (22) forman parte de la rotación y han disputado más de 35 partidos en la temporada 2024-25.
Mantuvo su base: si bien el Brujas apuesta mayormente por los juveniles —tanto belgas como de otras partes del mundo, especialmente africanos—, también ha logrado retener a varias de sus figuras. Gracias a su solvencia económica y al apego por la camiseta, algunos jugadores han permanecido en el club durante varios años, algo poco común en el fútbol actual, especialmente en ligas de segundo orden. Hans Vanaken, Brandon Mechele y Simon Mignolet, por ejemplo, forman parte del selecto grupo de los 25 futbolistas con más partidos en la historia de la institución de Flandes Occidental.
21 de enero de 2025: tras la derrota por 3-1 ante el Milan en Italia, la escuadra de Nicky Hayen encontró su ritmo y encadenó una racha invicta de quince victorias —entre ellas, un 6-1 al Belisia Bilzen, un 7-0 al Sint-Truiden, un 4-1 al Dender y sendos 3-0 al Leuven y al clásico rival, Anderlecht, además de triunfos ante el Aston Villa y el Sporting de Portugal por la Champions— y tres empates. Esto hizo que llegaran al duelo contra la Juventus con la moral por las nubes. Ya no eran aquel conjunto endeble de los inicios del certamen: ahora eran un equipo capaz de plantarse de igual a igual ante los mejores de Europa.
La Vecchia Signora, con Nico González al mando —quien tuvo una chance clarísima abajo del arco—, lo supo en carne propia. De hecho, de no haber sido porque dos disparos de Ferran Jutglà pasaron rozando el palo defendido por Michele Di Gregorio, el Brujas se habría llevado otro triunfo para los libros de historia. Aunque el 0-0 no quedó en la memoria por su espectáculo, sí resultó clave para avanzar de fase y cumplir el objetivo inicial de la temporada.
En las últimas tres temporadas, el esfuerzo realizado por Verhaeghe finalmente comenzó a dar frutos en el ámbito internacional. En la 2022-23, el Brujas logró quedar segundo en el Grupo B, por detrás del Porto, pero eliminando nada menos que al Bayer Leverkusen y al Atlético de Madrid, antes de caer en octavos ante el Benfica.
En la 2023-24, el equipo dejó la Champions para competir en la Conference League, donde mostró su mejor versión. Primero ganó el Grupo D, superando a Bodø/Glimt, Beşiktaş y Lugano, y luego eliminó tanto al Molde como al PAOK para alcanzar unas históricas semifinales. Allí estuvo a un paso de forzar el suplementario ante la Fiorentina, pero un penal en el minuto 85, convertido por Lucas Beltrán, terminó con la ilusión.
En la actual temporada 2024-25, el Brujas consiguió el pase a los dieciseisavos de final al ubicarse en el puesto 24 con 11 puntos, superando al Dinamo Zagreb por diferencia de gol.
El último punto destacable dentro del equipo de Zaid Romero (ex Godoy Cruz, Villa Dálmine y Estudiantes) es, justamente, su líder: Nicky Hayen, una de las sensaciones de la temporada europea. Nacido en Sint-Truiden, fue una de las grandes figuras del club de su ciudad durante su carrera como jugador, aunque su verdadero impacto se dio tras la línea de cal.
Su recorrido como entrenador comenzó en 2013 en la cuarta división, con el Dender, donde ejerció como jugador-entrenador. Tras una etapa difícil en el Zwarte, se trasladó a Arabia Saudita para dirigir, antes de regresar a su país y tomar las riendas de un equipo juvenil.
Tras un período de consolidación en el Waasland-Beveren, volvería a marcharse, esta vez a Gales, donde asumiría el mando del modesto Haverfordwest County, un club que luchaba por no descender. Llegó el 31 de diciembre de 2021, convirtiéndose, de paso, en el primer belga en dirigir en la Cymru Premier.
Lo que parecía un destino sentenciado cambió por completo: un equipo condenado al descenso comenzó a ganar, golear y gustar, y terminó siete puntos por encima del último descendido. Su impacto no pasó desapercibido para la directiva del Brujas, que lo contrató para dirigir al Club NXT, su filial Sub-23 que compite en la segunda categoría.
El 18 de marzo de 2024 fue ascendido al primer equipo en calidad de interino tras el despido de Ronny Deila. El Brujas logró clasificar a la ronda de playoffs con lo justo, pero pocos esperaban que diera pelea, considerando la amplia ventaja que había conseguido el Union Saint-Gilloise. Sin embargo, mientras los Unionistas se desplomaban en la fase final, los de Hayen se mantuvieron invictos con siete triunfos y tres empates, conquistando el título en una infartante última jornada.
Si ya había logrado un milagro en Gales, ¿qué le impedía hacerlo nuevamente en Bélgica?
18 de febrero de 2025: el estado de forma ya no era el mismo que antes del duelo ante la Juventus. Desde aquel 0-0, el Brujas solo había conseguido una victoria, dos empates y dos derrotas. Luego llegaría el partido de ida en el Jan Breydel ante el Atalanta de Gian Piero Gasperini y Mateo Retegui, que terminó 2-1 gracias a un gol de penal de Gustaf Nilsson en el minuto 94. A pesar de la ventaja, los italianos seguían siendo los favoritos para la revancha.
Sin embargo, los muchachos de azul y negro supieron explotar al máximo sus contraataques, marcando tres goles en el primer tiempo (dos de Talbi y el tercero de Jutglà). Luego, quien se vestiría de héroe sería Mignolet, que le atajó un penal a Ademola Lookman cuando el Brujas ganaba 1-3. Sus impresionantes intervenciones mantuvieron el marcador inalterable y, entonces, buena parte de Flandes Occidental salió a festejar.
Su equipo lo había hecho de nuevo. Como en las viejas épocas doradas. Como en esta nueva era que sigue escribiéndose, con páginas de gloria que no dejan de sumarse.