Pronóstico F1 2025: McLaren y el resto
La próxima semana empezarán a rugir los motores en la máxima categoría y en Insiders anticipamos los secretos de una temporada que promete ser apasionante.
El de 2025 será el último torneo de Fórmula 1 bajo el ciclo reglamentario actual (autos de efecto suelo y motores híbridos) inaugurado en 2022. Los pronósticos en cuanto a la atracción que despertará el campeonato son interesantes, y los antecedentes avalan con suficiencia esa perspectiva.
En el anterior ciclo reglamentario, iniciado en 2014 con la introducción de los motores híbridos, las máquinas fueron perfeccionándose dada la estabilidad de las reglas a medida que transcurrían las temporadas. Los ingenieros desarrollaban paulatinamente los modelos, que iban acercándose a un techo de rendimiento.
Mercedes sacó una ventaja inicial, lo que le permitió a Lewis Hamilton ganar seis títulos en siete años, pero luego RedBull emparejó ese desarrollo, con plantas de potencia suministradas por Honda y el desarrollo del concepto high rake para sus chasis. Ese proceso desembocó en lo que en 2021 dimos en catalogar como el mejor campeonato de la historia de la Fórmula 1.
En su momento se lo explicó mucho en TV, pero el argumento estaba basado en tres pilares que podemos repasar:
Uno. Dos pilotos de escuadras rivales (Hamilton con Mercedes, Max Verstappen con RedBull) lucharon a altísimo nivel a lo largo de 22 Grands Prix. Nunca fue tan extensa la pelea. Ayrton Senna y Alain Prost compitieron en, a lo sumo, 16 carreras en un año y siempre había una instancia superior en el interior del equipo McLaren que podía enfriar la disputa. En 2021 eso no ocurría.
Dos. Esos pilotos tuvieron el mayor porcentaje de dominio de un torneo en toda la historia. Ganaron 18 de las 22 carreras disputadas y 14 de esas 18 competencias terminaron con un 1-2 de ambos (VER-HAM o HAM-VER)
Tres. Corrieron ese torneo con los coches más sofisticados y potentes (1.000 HP o más) de la historia, casi sin sufrir roturas mecánicas, por encima de los 200 km/h en la mayoría de los circuitos. Es difícil encontrar mayor nivel de rendimiento competitivo en el pasado de la máxima disciplina.
La idea parecía debatible, pero el debate se acababa con un razonamiento sencillo: si el de 2021 no fue el mejor campeonato de F-1 de la historia, entonces ¿cuál fue?
En 2025 la Fórmula 1 se enfrenta a un escenario similar. La gran diferencia es que los ingenieros, aún dotados de herramientas más modernas para extremar la performance de sus creaciones, dispusieron de menos tiempo para hacerlo en comparación con el periodo 2014-2021. Eso supone que, quizás, el techo de rendimiento de los autos pergeñados bajo el reglamento actual, no fue alcanzado. Por lo tanto, las diferencias no tienen por qué ser mínimas. Aun así, las perspectivas sembradas en 2024 sugieren que la pelea, acaso sin alcanzar el paroxismo de 2021, puede ser tremenda. Y muy, muy atractiva.
Cuatro años atrás, la disputa tuvo dos protagonistas excluyentes. Este año pueden ser muchos más. Ya en el torneo anterior se consagraron siete ganadores distintos, al comando de cuatro máquinas diferentes. Hay coincidencia generalizada en que, dada la extensión del calendario y los diferentes climas que se afrontarán en un certamen muy largo, desde este 16 de marzo en Australia y hasta el 7 de diciembre en Abu Dhabi, habrá oportunidades de triunfo para los cuatro equipos más importantes, que siguen siendo McLaren, Ferrari, RedBull y Mercedes.
Las pruebas de pretemporada en la Fórmula 1 siempre convocan a cierta confusión. La tabla final de tiempos no necesariamente se corresponde con el panorama real. En 2025 la diferencia se agrava porque el escenario de los ensayos, el circuito de Sakhir, en Bahrein, no coincide con el de la apertura del torneo, en el Albert Park de Melbourne, en Australia, ello a causa del Ramadán. Circuitos distintos en climas distintos, con exigencias distintas (en Sakhir sufre mucho el tren trasero con tanta aceleración y frenado; en Melbourne el delantero, por la sucesión de curvas) impiden la proyección.
Carlos Sainz Jr, el piloto español que ocupa la butaca que utilizara Franco Colapinto en Williams, se quedó con el mejor tiempo, pero tiene bien claro qué es lo que ocurre. “Seguramente no me van a ver ni en el podio ni peleando por el top-5 este año”, avisó a sus forofos. “Sumar puntos tiene que ser nuestro objetivo al principio de la temporada. El resto es pedir demasiado”.
Lo indudable es que McLaren parte como favorito. Arrastra esa condición desde el cierre de la temporada 2024 y dos momentos claves en las pruebas de Bahrein acentuaron esa sensación.
Primero, durante la coincidencia en la pista de Lando Norris y su MCL39 con el Mercedes W16 del debutante Andrea Kimi Antonelli y la Ferrari SF25 del experimentado Charles Leclerc, el coche naranja les sacó, con los tanques más o menos llenos, más de un segundo en promedio por giro. Al día siguiente, Oscar Piastri dio una demostración similar, aunque no tan contundente, sobre George Russell. Ferrari no realizó ensayos largos ese día y RedBull tuvo problemas para hacerlos a lo largo de todas las jornadas.
En cualquier caso, el análisis de la performance de los autos de la escudería de Woking los muestra por delante de sus rivales, por lo menos un par de décimas de segundo, aunque en el caso de Ferrari se podría discutir si no es una décima y media. ¿Es válido este panorama? Tomándolo con pinzas. No necesariamente se validará en este primer Grand Prix de 2025, la semana próxima, pero puede ser el escenario del arranque general del torneo.
Si McLaren mantiene de manera tan transparente la ventaja del año pasado, ¿cómo podemos estar seguros de que este torneo será tan o más atractivo que el anterior?
Dos pistas para ello: la diferencia de dos décimas entre los cuatro primeros equipos es inferior a la existente en el arranque de la temporada pasada. Estos F-1 actuales son muy sensitivos a los cambios de circuito y de clima. Diez grados más o menos de temperatura de asfalto pueden hacer estragos con unos y producir magia en otros. Eso supone que, con poco, puede haber cambios de orden.
La segunda es que difícilmente habrá una carrera generalizada por el desarrollo de estos coches 2025 para arrancarles grandes cuotas de performance a lo largo de la temporada. Eso sucederá porque, con un cambio reglamentario tan rotundo para 2026, los equipos destinarán la mayoría de sus recursos humanos, técnicos y económicos, a diseñar el mejor auto posible para el torneo del año que viene, preocupándose muy poco por los actuales.
Un ejemplo. En Aston Martin acaba de entrar en funciones Adrian Newey, el gurú de la ingeniería de F-1, múltiple campeón con los autos que diseñó, de pasado en Williams, McLaren y recientemente RedBull, escuadras a las que invariablemente proclamó campeonas. El equipo verde acaba de estrenar su modelo AMR25 que tiene escasas mejoras respecto al auto que penó en la pasada temporada. Podría suponerse que, con Newey en escena, ese AMR25 tendría que dar un salto de calidad a lo largo del torneo que se inicia.
Pero difícilmente será así, porque el gurú quiere centrarse en lo que mejor sabe hacer: sacar ventaja de un reglamento nuevo. El equipo le amuebló una suite en su factoría de Silverstone, para que pueda trabajar día y noche en la concepción del auto que viene y dormir al pie de su tablero de diseño.
Es probable que McLaren trabaje poco en su MCL39 si ya pinta tan bien en el arranque. Pero apenas dos décimas de segundo pueden resultar un acicate para cualquiera de los otros (otra vez: Ferrari, RedBull, Mercedes) que quieran reducir esa diferencia. Esa presunción permite albergar la hipótesis de una disputa generalizada por la victoria.
¿Cómo queda la pirámide competitiva, el pecking order como se dice en los boxes de la Fórmula 1? Más o menos así:
McLaren
Ferrari RedBull Mercedes
Alpine Williams Haas
Racing Bulls Aston Martin
Sauber
No, no es un 3-3-1-2 táctico de fútbol, sino una idea general de dónde arranca cada escuadra, en función de una evaluación completa de los ensayos en Bahrein, teniendo en cuenta velocidad, consistencia, tratamiento de las cubiertas y solidez general.
El segundo nivel lo integran Alpine, la escuadra que tiene a Colapinto como suplente, que hizo un formidable avance en la última parte de 2024 y parece haber mantenido esa forma competitiva; Williams, que sostiene el rendimiento que había mostrado en la parte final del año pasado antes de que las restricciones presupuestarias hicieran mella en la performance y lo dejaran en una novena colocación final en el torneo relativamente mentirosa; y Haas, que se dedicó exclusivamente a preparar el coche para el torneo, sin buscar un solo tiempo de vuelta de jerarquía.
“El Top-4 seguirá siendo el mismo”, reconoció el Team Principal de Williams, el popular James Vowles. “Hay una buena diferencia entre ellos y nosotros, pero el medio va a ser muy peleado. Si estoy en lo correcto, estaremos separados por una décima de segundo”.
Apretados entre ellos si el cálculo de Vowles es el correcto, los autos de estos tres equipos estarían de seis a ocho décimas por detrás de McLaren. Pueden aspirar a un podio en la temporada; ganar, en cambio, será una cuestión de carambolas.
El resto ya queda atrás.
Cierta frescura entró por la ventana de la Fórmula 1 durante 2024. Con ejemplos como los de Oliver Bearman o Colapinto, los equipos comprobaron que un talento joven puede compensar lo suficiente la experiencia de los más veteranos como para arriesgar el cambio. Afuera quedaron Sergio Pérez, Valtteri Bottas o Daniel Ricciardo, todos de 35 años, que entre ellos acumularon 26 victorias en F-1.
Seis de los 20 pilotos de la grilla 2025 son debutantes o tienen un puñado de carreras a lo sumo. Son todos olímpicos, Sub-23. Kimi Antonelli (18), Bearman (19), Gabriel Bortoleto (20), Isack Hadjar (20), Jack Doohan (22) y Liam Lawson (23) van a regar de sangre joven un campeonato interesante. Anda por ahí la perspectiva de Colapinto. La edad promedio es de 25 años, tres menos que al arrancar 2024. Hay hambre y, en los casos de Antonelli o, en menor medida, Lawson, la chance concreta de que se conviertan en triunfadores en alguno de los 24 Grands Prix del año.
Chicos, ¡enciendan sus motores!