Franco Florio, el hombre más rápido de la historia argentina
El velocista participará del Campeonato Mundial indoor de China desde las 2.11 de la mañana del viernes. Repasamos un ascenso en el atletismo que fue igual de rápido que sus piernas.
Esta historia podría haber sido otra. La leyenda dirá que Franco Florio, el hombre más rápido de todos los tiempos del atletismo argentino, nació con el rugby como pasión. Desde bien temprano se dedicó a la ovalada: nació el 30 de mayo de 2000 y cinco años después empezó a entrenar en el Belgrano Athletic Club, un romance que se extendería durante más de una década.
Antes de transformarse en uno de los emblemas de la nueva generación del deporte argentino, Florio vivió otra vida. Fue uno de los integrantes de los wings de la camada 2000 del club porteño, un grupo que obtuvo tres títulos: el M19 y dos campeonatos en el Seven de la URBA en 2019 y 2020. Su nombre destacó rápidamente por su centellante ritmo, sobresaliendo en una virtud propia de los alas. Florio era más rápido que los más rápidos.
Su talento innato y su contracción al trabajo despertaron la atención de Los Pumas 7s,que decidieron integrarlo a su disciplina. Y los éxitos se repetirían también con la camiseta albiceleste: levantó el título del Sudamericano M18 en 2018, disputó los Juegos Sudamericanos de Playa Rosario 2019, debutó en el primer equipo nacional en Viña del Mar y hasta llegó a ser convocado para afrontar el Circuito Mundial durante las etapas de Vancouver y Las Vegas 2019.
Su futuro parecía garantizado en el rugby pero la pandemia por coronavirus puso al mundo en pausa. El forzado parate universal dejó marcas en la vida de cada uno de los habitantes del planeta. En el caso de Florio, sin actividad en el Belgrano Athletic y con pocas probabilidades de que Santiago Gómez Cora lo convocara para formar parte de la nómina definitiva de Tokio 2020+1, fue el momento ideal para enfocarse en su otra actividad: el atletismo.
En simultáneo a su recorrido en las divisiones formativas y en los equipos mayores del rugby argentino, Florio redoblaba sus esfuerzos individuales para progresar en la prueba de los 100 metros. En paralelo a su participación en Belgrano Athletic, había sido campeón Nacional Sub 18 en 2017, había logrado el récord argentino Sub 20 en 2019 con 10s51 y había alcanzado el récord nacional U23 en 2020 (10s24).
Pero hubo un momento en el que tuvo que tomar una determinación que el propio Florio recuerda en diálogo con Insiders: “Del rugby traigo sus valores, porque te forman como persona. Y en cuanto a lo físico o lo mental, porque va de la mano, es que en atletismo siempre es muy normal que, por tener condiciones, en las categorías U18, U16, U20 o U14 te vaya bien, pero cuando vas creciendo es normal que el nivel sea más alto y no se te de tan fácil”.
“Entonces, la cabeza puede jugar en contra porque no se está acostumbrado -profundiza sobre su estado físico que dividía en dos-. Pero en mi caso, por haber hecho atletismo y rugby al mismo tiempo, era muy normal perder contra alguien al que le había ganado varias veces o ganarle a alguien con el que había perdido muchas veces. Me quedo con esa parte de competir sin importar en qué condiciones lleguemos o cómo esté el historial, porque dependía mucho de si yo estaba más o menos cansado, más golpeado o menos golpeado por estar haciendo los dos deportes al mismo tiempo”, sigue.
Con el rugby detenido, la pista del Centro Nacional de Alto Rendimiento (CeNARD), personificada en su entrenador Javier Morillas, lo esperaba con los brazos abiertos: “Franco es una persona totalmente decidida -dice Morillas a Insiders-. Cuando quiso jugar al rugby llegó a jugar con Los Pumas. Pero él decidió hacer atletismo antes de la pandemia. Unos meses antes llegó el momento de la decisión. Sinceramente, pensé que iba a ser al revés. Franco es todo decisión. Un tipo sumamente determinado y cuando se plantea algo va directo hacia eso. No conoce curvas. Son todas líneas rectas”.
Después de la adaptación definitiva para dedicarse 100% al atletismo llegaron los resultados. Durante el Campeonato Sudamericano Sub-23 realizado en Cascavel, Brasil, el 29 de septiembre de 2022, Florio rompió el récord nacional de los 100. Con un tiempo de 10.11 segundos, superó la histórica marca de 10.23 que tenían por Carlos Gats y Gabriel Simón desde la década del 90.
Pero ese torneo en tierras brasileñas no fue un caso aislado ni una excepción: representó el verdadero quiebre. A partir de ahí conquistó la medalla dorada en los Juegos Sudamericanos en Asunción y el bronce en el Iberoamericano en La Nucía, España. En los Juegos Panamericanos Santiago 2023 recibió otro mimo a su esfuerzo: se subió al tercer lugar del podio con la posta 4x100 metros que, además, batió el récord nacional con 39s48.
Ahora será su oportunidad para seguir escribiendo su historia como el único representante argentino en el Campeonato Mundial bajo techo, que se realizará del 21 al 23 de marzo en el Arena Indoor del Nanjing Sports Center, en China. Florio llega encendido: más allá de ganar la medalla de bronce en los 60 metros llanos en el Campeonato Sudamericano Indoor de Cochabamba con una marca de 6.67 segundos, igualó su propio tiempo en Jablonec, República Checa, el último 25 de enero. Aquel hito se dio en el marco de una gira europea que solventó con sus propios recursos con la meta de cumplir el sueño mundialista.
“Es mi primer Mundial, obviamente, estoy muy contento. Si bien a muchos de los velocistas ya me los he cruzado en distintas competencias a nivel internacional en distintos países, algunos son caras nuevas. Tenerlos todos juntos y en un Mundial como torneo es completamente distinto. Así que para mí va a ser una experiencia nueva y espero dar lo mejor posible en la competencia”, explicó.
Al margen de las diferencias entre el deporte indoor y el outdoor, los nombres más rutilantes estarán en China: “Según como lo planifican los mejores del mundo, le dan mucha más importancia al outdoor que al indoor, pero todos vienen acá a competir y ganar y llevarse una medalla. Así que, en ese sentido, creo que va a tener una exigencia bastante similar”.
Tras su esfuerzo económico para financiar la gira que le permitió clasificar al certamen, los costos de su viaje a China por, tal vez, siete segundos explosivos, son cubiertos por World Athletics. Luego de gestionar una visa en tiempo récord, Florio hizo el periplo Buenos Aires-París-Shanghai-Nanjing. La ruta del velocista argentino demandó 38 horas. Viajó solo, sin entrenador, sin fisioterapeuta. Solo.
La máxima entidad se encarga de los recursos de los equipos menos poderosos, en gran parte para asegurar la mayor cantidad de banderas posibles en un torneo de esta característica. La lucha constante es con su clásico rival, el organismo responsable en natación, para jactarse de ser el deporte con más representaciones. Por eso, la ausencia en una competencia de este calibre puede derivar en sanciones para las confederaciones nacionales, con el riesgo de quedar afuera, en los casos más graves, hasta de los Juegos Olímpicos.
Mientras tanto, el joven de 1.80 m y 83 kilos ya no corre seis kilómetros por partido de rugby. Ahora serán apenas 60 metros de pura explosión. Físicamente en plenitud pese a haber atravesado el planeta de punta a punta, necesita ajustar cuestiones técnicas para mejorar su récord en el Mundial. Las últimas horas serán claves para un Florio que se convertirá en el cuarto argentino en competir en los 60 metros llanos, la prueba reina de los Mundiales en pista corta, e ingresará en un exclusivo grupo integrado por Carlos Gats (Maebashi 1999), Jorge Polanco y Gabriel Simón (ambos en París 1997).