Fútbol en la India: el contraste de un gigante dormido
La Indian Super League nació con estrellas y la ambición de transformar el fútbol en el país más poblado del planeta. Una década después, en crisis, sigue siendo un destino exótico para argentinos.
Era lógico que los flashes apuntaran a figuras de la talla de Alessandro Del Piero, Nicolas Anelka, Roberto Carlos, Marco Materazzi, Diego Forlán y Freddie Ljungberg. Todos formaban parte del ambicioso plan de lanzamiento de la La Indian Super League, que nació en 2014 con un desembarco explosivo y enfrentamientos con la federación local y la máxima categoría del fútbol indio.
El proyecto apuntaba a transformar el fútbol en un país de más de 1.400 millones de habitantes, un mapa demográfico tentador para el principal deporte del planeta, pero donde corre de atrás antes otras disciplinas: el rey es el cricket, seguido por el hockey sobre césped y el béisbol. Tras el lanzamiento y en sus primeros años, el campeonato logró cierto interés a nivel internacional, sobre todo por las estrellas que fichaban en las franquicias, aunque muchas lo hacían en plan de despedida para una carrera brillante. Igualmente, era valida la ilusión de que India podía lograr convertirse en un peso pesado en el fútbol mundial.
Pasado el tiempo la liga fue perdiendo fuerza. La salida de las grandes estrellas, los problemas económicos que abundan en proyectos con un retorno deficitario, inconvenientes organizativos entre Liga y federación; sumado a las complicaciones por falta de infraestructura y un contexto geográfico intenso, alejaron a los fanáticos que, en varias encuestas, optaron por la Premier League y la Champions League como torneos favoritos por encima del local.
Al margen del contexto mencionado, desde la temporada 2022-23 la Super Liga se convirtió en la primera división de India, dejando de lados las rispideces con otros antes en el pasado. En ese escenario, futbolistas argentinos encontraron un destino tan exótico como desafiante.
“Yo estaba en Riestra sin muchos minutos, bajé a UAI Urquiza para jugar y ahí apareció la propuesta de India. Me ofrecían 2.000 dólares por mes, lo que era muchísimo más que acá. No pensé en el idioma, ni en la comida, ni en nada, solo en los números. Y me fui”, recuerda Alexis Gómez, que a los 25 años dejó Buenos Aires para aterrizar en Delhi tras 32 horas de vuelo.
Los videos que se replican en redes sociales de costumbres indias, escapan rápidamente de cualquier costumbre argentina. Para Gómez, el primer impacto ante ese contexto fue brutal: “Llegué al Sudeva Delhi, en la capital, y era un quilombo. Todo lo que se ve en los videos virales es real: la gente amontonada, las calles caóticas, el ruido. Los primeros días fueron durísimos, me quería volver. Iba del entrenamiento a mi departamento y no salía. No tenía entrenador ni compañero que hablara español, todo era con traductor en el celular”.
En la sumatoria de problemas y situaciones desafiantes, a la dificultad cultural se sumó la alimentación: “En los hoteles donde concentrábamos, todo era picante. Terminamos pidiendo pollo hervido con arroz blanco, sin condimentos. A todo le ponen especias, no hay forma de elegir. Varias veces probé cosas y terminé mal”.
En lo deportivo, su carrera cambió al pasar al Mohammedan SC de Kolkata: “Ahí me fue muy bien. Salimos campeones, ascendimos a la Superliga y la gente me amaba. Lo viven con mucha pasión. Es cierto que el fútbol allá es sobre todo físico, corren mucho, pero tácticamente están muy atrás. Nosotros vemos mejor la jugada, manejamos el ataque de otra forma. Esa diferencia se nota enseguida”.
Su paso por India también le dejó una huella personal: “En la segunda ciudad me instalé con mi mujer, nos casamos y quedó embarazada en India. Después nació la nena en Argentina, pero fue un cambio de vida enorme”. Para Gómez, los desafíos exóticos se volvieron una costumbre: ahora es jugador del Persijap Jepara de la SuperLiga de Indonesia.
La historia de Damián Pérez Roa también combina aventura y contrastes. “En 2024 me contactaron a través de un representante indio. No sabía nada del fútbol de allá. Me fui en octubre y el viaje fue eterno: 28 horas, con escalas en San Pablo, Etiopía y recién ahí a Mumbai. Y la vuelta fue peor: 42 horas, con paradas en Turquía y Uganda. Un infierno”, relata.
A diferencia de Gómez, su primer destino fue Goa, uno de los rincones turísticos más bellos de India. “Goa es otra cosa, es la parte más linda del país. Selva, mar, calor todo el año, muchos extranjeros. Yo vivía en un departamento en el piso 4 y el club me mandaba taxi todos los días para ir a entrenar. Dentro de todo, estaba bien organizado”, recuerda.
Pero la comida volvió a ser un obstáculo: “Ellos comen todo con picante. Un día me intoxiqué con unas tartas, me terminé desmayando en la ducha y pasé 48 horas internado, casi me muero. Al principio cuesta mucho adaptarse. Después descubrís que hay platos riquísimos, pero si no estás acostumbrado, es durísimo”.
En lo futbolístico, Pérez Roa encontró una liga despareja: “La estructura de los clubes es espectacular, tienen médicos, escuelas, todo ordenado. Pero el nivel es bajo. Ellos son físicamente muy fuertes, pero técnicamente más pobres. Ahí el fútbol argentino marca una diferencia enorme. Yo hice 8 goles en 15 partidos y quedaron muy conformes”.
Las distancias son otro obstáculo en el fútbol de la India y el delantero las padeció: “De una ciudad a otra eran vuelos de cinco horas. En un país tan grande, moverse es un desgaste tremendo”. Sobre la vida en soledad, reflexiona y dice que “los primeros meses fueron durísimos. Estar en contacto con mi familia a la distancia me salvó. Es un mundo raro, un fútbol raro, pero a la vez aprendés mucho”.
En números duros, la Indian Super League cuenta actualmente con 12 equipos y un sistema de temporada corta (de octubre a marzo). Los clubes pueden inscribir 6 futbolistas extranjeros, pero solo 4 pueden estar en cancha al mismo tiempo. Eso obliga a apostar por calidad más que por cantidad y ser rigurosos en cada contratación. En materia de salarios, un jugador local promedio percibe entre 20.000 y 40.000 dólares anuales, mientras que los extranjeros -las figuras- oscilan entre 80.000 y 200.000 dólares por temporada, cifras que todavía están por debajo de poderosas ligas emergentes como la MLS o Arabia Saudita. Otro dato llamativo: la última temporada, seis de los trece entrenadores eran españoles.
Claro, la población es tan amplia, que el número final de espectadores acumulados en una temporada ronda los 200 millones. Nada despreciable, si bien el número viene a la baja desde el boom de aquel rimbombante lanzamiento en la década pasada. Las redes sociales hacen los suyo y los clubes más populares (Mohun Bagan, Kerala Blasters y Bengaluru FC) superan el millón de seguidores en sus cuentas. Otra vez, el contraste con la cantidad de habitantes es bajo.
La experiencia de Gómez y Pérez Roa refleja ciertas paradojas del fútbol indio. Hay inversión, clubes con buenas estructuras y fanáticos apasionados, pero falta desarrollo formativo, entrenadores capacitados y una planificación seria. Tal vez así, el interés de los fanáticos sea mayor y se logre potencias a su seleccionado. India, sigue sin encontrar un camino claro. “Allá aman al fútbol argentino”, asegura Pérez Roa. “Lo ven distinto, con admiración. Pero todavía falta mucho para que den un salto”. Gómez coincide: “El público es increíble, los hinchas me hicieron sentir como en casa. Pero sin una liga organizada, es difícil que crezca”.
La temporada 2025-26 de la Indian Super League fue suspendida oficialmente el 11 de julio de 2025, luego de que Football Sports Development Limited (FSDL), el ente comercial del torneo, la pusiera “en pausa” debido a la incertidumbre sobre la renovación del Master Rights Agreement (MRA) con la All India Football Federation (AIFF), que se encuentra vigente desde 2010 y próximo a expirar en diciembre de 2025. El tema escaló alto y la Corte Suprema de India intervino; exigiendo que no se inicien nuevas negociaciones hasta resolver un caso pendiente sobre la constitución de la federación, lo que terminó paralizando el proceso de renovación. La luz al final del túnel parece aperecer con nitidez: en los últimos días, los avances fueron prometedores y las partes acordaron llegar a un acuerdo, comprometiéndose a presentar una propuesta conjunta ante la Corte en la audiencia del 28 de agosto. Las Super Liga tendría inicio entre octubre y noviembre con una novedad: el debut de Inter Kashi, una nueva franquicia.
Las luces del comienzo de la Indian Super League ya no brillan tanto; aunque para los futbolistas extranjeros sigue siendo un destino exótico que combina aventura, cierta estabilidad económica y un desafío cultural enorme. En el país más poblado del planeta, el fútbol todavía es un gigante dormido, esperando el momento de despertar.