Hagan lugar en la mesa: llegó Lautaro
El delantero argentino llegó a una nueva final de Champions League y ofrece sólidos argumentos para codearse con los mejores del mundo y entrar en la cartelera de las grandes estrellas.
Los flashes apuntan a Yann Sommer en un efervescente Giuseppe Meazza. Con una actuación notable, el arquero suizo del Inter acaba de convertirse en la gran figura de una inolvidable serie semifinal ante el Barcelona. En el campo, se mezcla el riego del agua de las intensas lluvias de Milano y el sudor tras un esfuerzo magistral de un equipo siempre solidario para mantenerse en serie; allí se multiplican las sonrisas. En las tribunas ocurre lo mismo. Todos contentos. Mamá Karina también.
"Mi mamá no quería que juegue, sufre cuando no estoy bien", confiesa Lautaro Martínez a los micrófonos de ESPN tras la gesta con tono épico que involucra al Inter en su segunda definición de UCL en las últimas cuatro temporadas. El pedido de cambio del argentino en el partido de ida encendió con razón las alarmas que resonaban como una casi imposible presencia en la gran revancha. “Seguramente juguemos sin nuestro capitán”, se lamentó Simone Inzaghi, el constructor de este equipo de organización fina, ideas claras y un espíritu competitivo notable.
Los 27 goles en 62 partidos oficiales con Racing Club posicionaron al atacante argentino ante los ojos de los clubes europeos. En este caso, el recorrido evitaba la tradicional escala de prueba en algún equipo con aspiraciones medianas: Barcelona, Atlético de Madrid y Borussia Dortmund eran algunos de los interesados. Finalmente, con la participación crucial de Javier Zanetti, el delantero desembarcó en el Football Club Internazionale Milano que abonó aproximadamente 23 millones de euros para contar con los servicios del goleador.
Aquella fue la segunda suma más alta que desembolsó el club de Milano en ese mercado de pases. La apuesta era fuerte. Presión para una junta directiva que apostaba al rápido proceso de adaptación y la explosión de un jugador que saltaba directamente del fútbol sudamericano a una estructura de equipo grande de Europa con objetivos importantes y la exigencia del deportivo ganar como bandera.
La primera campaña lo vio en acción durante 27 partidos, pero jugando 1.334 minutos, algo así como un tiempo por cada uno de esos encuentros. Mauro Icardi era el centrodelantero titular. Sumó seis goles en su temporada estreno en el Calcio. Números fríos al margen, claramente no alcanza sólo con sumar anotaciones. Tras un gol ante el Atlético de Madrid en la mismísima Champions, el entrenador Luciano Spalletti, quien por aquel entonces comandaba al conjunto italiano, decía sobre Martínez: ''Debe ser capaz de mantener la pelota y dialogar con sus compañeros de equipo, de lo contrario ese gol vale poco''.
Quedará en el recuerdo la maravillosa serie semifinal que brindaron Inter y Barcelona en esta edición. A pesar de la modificación en el partido de ida y la baja expectativa por verlo sumando minutos en la vuelta, el atacante nacido en Bahía Blanca logró jugar y se despachó con un gol y la generación del penal del segundo tanto de su equipo. Salió al minuto 71 y sufrió desde el banco la inolvidable definición. “Pasé dos días llorando en casa. No quería eso, no quería no jugar. Me puse una venda apretada y salí a la cancha”, contó tras el partido en el que volvió a sumar un nuevo récord: llegó a los nueve goles en una misma edición de Champions League, nivelando el récord de máximo anotador en una campaña con el Inter del también argentino Hernán Crespo.
La segunda temporada del Toro terminó con 21 goles en 49 partidos oficiales, incluidos 14 tantos en la Serie A. La robustez de minutos y solidez anotadora se vieron reflejados en la confianza del entrenador y los hinchas que rápidamente lo adoptaron como unos de sus favoritos. Recién en la 20-21 pudo levantar el ansiado Scudetto, aportando 19 dianas. Repetiría el campeonato en 23-24 y le sumaría a su palmares la obtención de dos Copa Italia y tres Supercopas locales. En las últimas cuatro temporadas no bajó nunca de la cifra de 20 goles oficiales. En esta ya lleva 22.
Otro de los grandes méritos de Martínez radica en la adaptación para jugar con diferentes esquemas y diversos compañeros sin inconvenientes. Luciano Spalletti, Antonio Conte y Simone Inzaghi fueron los entrenadores que confiaron siempre en el delantero en el tiempo que lleva en el elenco Nerazzurri. Además, se adaptó - e incluso a veces ganó la pulseada- al reparto de minutos de juego junto a Mauro Icardi, Romelu Lukaku, Edin Džeko y Alexis Sánchez. Por eso no sorprende la rápida sincronía que encontraron con Marcus Thuram para formar una gran dupla y la prudencial y efectiva combinación que suele hallar con quienes reman de abajo: Marko Arnautović y Mehdi Taremi.
Números al margen, la sensación reinante es de cierto grado de injusticia en la consideración de Lautaro Javier Martínez como uno de los mejores delanteros del mundo. Nombres como Erling Haaland, Harry Kane, Robert Lewandowski y Kylian Mbappé ranquean primero. Si bien superó a dos de ellos en la votación del último balón de Oro, el argentino quedó séptimo.
Quién escribe estas líneas no confía demasiado en los premios individuales en deportes grupales y con tantos intereses de por medio, pero las cifras del argentino suelen reunir varios indicadores que lo candidatean para sentarse en la mesa grande: goles (de eso vive el delantero) en partidos importantes, títulos y constancia. Sobre uno de esos puntos, el colega Gastón Trucco -especialista en estadísticas- anuncia un fabuloso detalle: Martínez se acaba de convertir en el primer jugador en anotar en todas las fases previas a una final ante un equipo campeón de Champions League. Estrella Roja fue víctima en la fase de grupos y luego marcó sucesivamente ante Feyenoord, Bayern Münich y Barcelona. Claro, la racha se cortará en la final ante un PSG que irá por su primera corona.
Para seguir sumando argumentos al compilado de logros en los 27 años del actual capitán y referente del Inter, aparece su relación con la Selección Argentina. Los 32 goles en 70 partidos lo posicionan como el sexto máximo anotador de la historia. Ya está a dos de Maradona. Y con un promedio de casi un gol cada dos encuentros. Obviamente, en un fútbol mucho más organizado, evolutivo en varios sentidos, no es extraño que cinco de los ocho primeros de ese ranking pertenezcan a una generación que comenzó a ver vida en el seleccionado a fines de la primera década del siglo: Lionel Messi, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y Ángel Di María se suman a Lautaro.
En el recorrido albiceleste del delantero bahiense, hay un detalle que no es menor: 21 goles fueron en partidos oficiales. Esos donde el peso especifico de la anotación tiene otro sabor. Viene de ser el goleador en la conquista de la Copa América en 2024 y anotó tres goles en la edición del 2021 donde Argentina cortó una sequía de títulos a nivel mayor que duró 28 años. Además, anotó uno de los goles en la consagración ante Italia en la Finalissima.
Cuestiones del destino, la consagración del Mundial de Qatar se vio inicialmente empañada por una lesión que lo marginó de un equipo donde parecía tener el puesto asegurado. Sin embargo, la templanza para definir la serie de penales ante Países Bajos sirvió de muestra de la calidad y potencial de un jugador completo. También estaba seleccionado para encargarse del quinto penal ante Francia. No hizo falta.
Al igual que en Inter, el repertorio de los goles es amplio: en base a su fortaleza física entregó conquistas donde supera rivales en un mix de habilidad y potencia; su metro y 74 centímetros no le imposibilita ser un buen cabeceador, los remates a distancia y con mucha fuerza también son moneda corriente y, obviamente, el gol bien de goleador está presente; empujando atentamente algún rebote en que hace gala del olfato típico del puesto o empujando una pelota ante el arco vacío como en el reciente tanto ante el Barcelona.
Inter encontró en Lautaro Martínez un nueve de era. Un referente. Capitán del equipo, necesario por perfil y rendimiento para alejarse de temporadas conflictivas y frágiles en la famosa estructura de club y equipo donde siempre tambaleaba alguna pata de la mesa. Lautaro encontró en este Inter el lugar ideal para desarrollarse: al margen del cambio de timón en la conducción con tres técnicos de diversos estilos, la llegada de Simone Inzaghi potenció la solidez deseada por todo equipo ganador.
En un plantel extenso, pero con roles claros, la junta directiva también jugó su papel. Obviamente, la resonante salida del arquero André Onana por una cifra astronómica al Manchester United es el caso emblema. Sobre todo, porque luego el Inter desembolsaría unos cuantos euros menos para contratar al prolijo y sobrio Sommer, el mejor arquero de le temporada pasada en la Serie A y la gran figura del pase a la final.
El organigrama es claro: La defensa de tres con ordenada solvencia para primero defender, pero con la opción de atacar como argumento sólido. Sobria en el juego aéreo en las dos áreas. Las bandas cubiertas con Dumfries y Di Marco como carta de salida clara, proyección, envíos claros y gol. Y el detalle fundamental de un mediocampo rocoso y de buen pie: en el partido del fin de semana en la Serie A, Inzaghi optó por la rotación. Si bien pelea el campeonato mano a mano con Napoli, el objetivo primario era llegar a la definición de la Champions. Fue la primera vez en la temporada donde no alineó a ninguno de los tres del medio de entrada: Nicoló Barella, Hakan Çalhanoğlu y Henrikh Mkhitaryan.
Con el complemento de un notable Marcus Thuram y la referencia inequívoca del gran goleador Lautaro Martínez, el peso ofensivo del equipo está resuelto con creces y así el Inter sueña con la conquista de su cuarta UEFA Champions League. Los 15 días de recuperación que anunciaba el staff médico para la lesión del delantero se convirtieron en sólo seis. Para la final del 31 de Mayo en Münich falta. Seguramente el nene llegue mejor y mamá Karina pueda disfrutar más tranquila.
El impacto de Julián Álvarez los últimos dos años hacen que tal vez no tengamos dimensión del nivel y la gran carrera que está teniendo Lautaro en Europa hace años y también con la selección.