Independiente del Valle: modelo de éxito total
De club barrial a potencia continental en menos de dos décadas, revolucionó el fútbol ecuatoriano con un modelo que combina formación integral, excelencia deportiva y proyección. Su historia.
Las alarmas se encienden precozmente. Inmersos en una era de insostenibilidad emocional, el efecto sube y baja parece tener un tinte aún más extremista. Los titulares remarcan que Justin Lerma pierde terreno en la rotación de minutos en Independiente del Valle. El jovencito nacido en Guayaquil recién supera los 17 años, subió hace dos al primero equipo y ya tiene destino europeo asegurado: el Borussia Dortmund lo compró a mediados de 2024, pero se irá recién promediando al 2026, cuando cumpla la mayoría de edad.
Lerma es la última joya que vende el club que, en menos de dos décadas, pasó de ser un club modesto del valle de Los Chillos a convertirse en un referente continental (y tal vez mundial) de gestión, formación y éxito deportivo. En Insiders recorremos el camino que no se ha cortado solamente con la conquista de títulos nacionales e internacionales, sino que ha revolucionado la manera de producir talento; combinando excelencia deportiva, educación, valores humanos y proyección internacional.
Fundado el 1 de marzo de 1958 en Sangolquí por José Terán, el club se llamó en un inicio Club Sport Independiente. Durante años compitió en ligas barriales y torneos amateurs. Tras la muerte de su fundador en 1975, adoptó el nombre Independiente José Terán. Pero en 2007 todo cambiaría. Un grupo de empresarios liderados por Michel Deller adquirió la institución con una idea clara: profesionalizarla y convertirla en un centro de formación de talentos. “El propósito siempre fue trabajar en el fútbol base, en las divisiones formativas. Aprovechamos un espacio que había sido abandonado por los clubes tradicionales del Ecuador en cuanto a la formación”, explica Andrés Larriva, gerente de marketing, comunicación y comercial del club desde 2018.
El nuevo proyecto mezcló dos elementos inéditos en Ecuador: una visión empresarial estricta y rigurosa, junto a un enfoque formativo integral. Esa combinación permitió al club ascender al profesionalismo en tiempo récord. En 2009. alcanzó la Serie B y debutó en la Serie A en 2010. Los primeros dos años fueron de adaptación y lucha por la permanencia, pero pronto llegaron las clasificaciones internacionales: Copa Sudamericana 2013, Copa Libertadores 2014 y la histórica final de Libertadores 2016.
Ecuador transitó, a mediados de la década del 2000, un retroceso notorio en el trabajo en divisiones formativas. Los grandes Barcelona y Emelec, apostaban por el armado de plantes poblados de figuras. La Liga Universitaria Deportiva de Quito se sumó a ese plan tras trazar nuevos objetivos y sumar otro tipo de presiones luego de sus éxitos internacionales. Por último, El Nacional, único club con un historial fuerte en la formación de talento, entró en crisis tras perder el financiamiento de las Fuerzas Armadas. Ese espacio se convirtió en una oportunidad latente. “La coyuntura nos permitió ocupar un espacio que había quedado libre. Nos inspiramos en modelos como La Masía del Barcelona, pero adaptados a nuestra realidad”, detalla Larriva.
“No sabés lo que es el centro de entrenamiento y formación, de lujo en instalaciones, pero resalta la parte académica”, le contaba un colega ecuatoriano que visitó el predio recientemente a quién escribe estas líneas. En la parte social y estudiantil, enfoqué mi principal interés. Fue lo más llamativo. Y esa, tal vez, sea la gran diferencia de Independiente del Valle: su Centro de Alto Rendimiento. Allí conviven campos de entrenamiento de nivel internacional, residencias para juveniles, un comedor, gimnasio de última generación, áreas médicas y aulas de clase.
“Lo que hicimos fue fortalecer la parte deportiva, pero después añadimos dos patas claves: el desarrollo humano y la parte académica. Esa es la gran diferencia”, explica Larriva. “Si un chico no está preparado fuera de la cancha, aunque tenga talento, no va a triunfar”. La educación formal del Colegio ReinventED IDV, ofrece método bilingüe y con un plan de estudios adaptado a la vida deportiva, funcionando dentro del complejo. Los jóvenes egresan con un bachillerato técnico-deportivo que les permite proyectarse también fuera del fútbol.
Además, los jugadores de otras provincias viven en el centro, con alimentación supervisada, atención médica y psicológica, y seguimiento académico personalizado. La metodología unificada provoca que desde la sub-12 hasta la Primera, todos los equipos siguen un mismo modelo táctico: presión alta, transiciones rápidas, salida limpia desde el fondo y protagonismo ofensivo.
Otro de los puntos base del proyecto IDV es la competencia internacional. Larriva explica que “uno de los principios del club es que cada jugador tenga al menos 25 partidos internacionales en su proceso de formación”. Esto implica organizar o formar parte de torneos fuera del país viajando frecuentemente a Brasil, España, Italia, Catar, Estados Unidos o Argentina. El roce es clave.
Cómo todo proyecto, la cúpula directa interpretó desde el principio que debían nutrirse y capacitarse con los mejores. Hubo convenios con la Academia Aspire de Qatar y la contratación de técnicos y preparadores europeos (españoles principalmente, portugueses, italianos y de otras naciones) ayudaron a perfeccionar la metodología. “Sumamos conocimiento básicamente europeo, adaptado a nuestra identidad. Eso nos permitió formar jugadores con principios tácticos y técnicos que antes no existían en Ecuador”, señala Larriva.
En materia de scouting trabaja cubriendo todo el país, con énfasis en regiones históricamente productoras de talento como Esmeraldas. El modelo no solo busca vender caro, sino mantener porcentajes de futuras transferencias. Ejemplos sobran: Moisés Caicedo (formado en el club desde los 13 años, vendido al Brighton en 2021 y luego transferido al Chelsea por más de 115 millones de euros), Piero Hincapié (Esmeraldas a la Primera de IDV, luego Talleres de Córdoba y Bayer Leverkusen), Kendry Párez (debutó con 15 años, vendido al Chelsea por 20 millones de euros, titular en la selección con 17) y Willian Pacho (figura del PSG y primer ecuatoriano en ganar la Champions League). “El estándar de formación ha logrado dar un salto de calidad. Hoy tenemos jugadores que han llegado a la cima del fútbol mundial”, afirma Larriva.
El trabajo de seguimiento y precisión en la toma de decisiones a la hora de incorporar, también aplica para los jugadores con mayores experiencias. Así, resuenan casos como los de Cristian Pellerano y Lorenzo Faravelli, participe de las grandes conquistas del club: el equipo ya ganó dos Copas Sudamericanas y una Recopa. Ayer por la noche, inició con buen pie la serie de octavos de final que reúne a dos equipos de Ecuador. El sorpresivo mejor combinado de la fase inicial, Mushuc Runa, perdió el invicto ante IDV con derrota por la mínima. El tanto lo anotó el argentino Claudio Spinelli, otra apuesta del trabajo silencioso de la secretaría técnica. El delantero ya marcó 17 goles en lo que va de 2025, superando con creces cifras de etapas anteriores en otros clubes.
El beneficio del método IDV no es sólo para el club y sus fanáticos. Por decantación, la selección se vio beneficiada: en Qatar 2022, entre más del 40% del plantel ecuatoriano había pasado por el conjunto de Sangolquí. El éxito, siempre trae polémica. “Nos ven como una amenaza. Empezamos a ganar títulos, a tener jugadores en la selección que antes eran de otros clubes, y eso genera incomodidad”, reconoce Larriva y agrega que “la realidad es que los mejores futbolistas del país hoy están saliendo de aquí por la estructura que construimos”.
Independiente del Valle no limita su crecimiento al fútbol masculino profesional. El club creó el primer centro de alto rendimiento femenino de la región y un estadio exclusivo para mujeres, además de impulsar proyectos sociales y educativos abiertos a la comunidad. Larriva remarca que “Construimos nuestro primer estadio con fondos propios. Tenemos economía saludable y sostenible, mientras otros grandes están en crisis”.
¿Es sostenible o replicable este modelo? En Argentina, un ejemplo similar se dio con Bahía Basket, proyecto liderado por Pepe Sánchez que integraba residencia, educación formal y entrenamiento de élite, con el objetivo de formar personas además de deportistas. Con un complejo de última generación en Bahía Blanca, ofrecía canchas, gimnasio, comedor, salas de estudio y alojamiento para juveniles. Formando grandes jugadores que luego llegaron a la selección o a ligas internacionales. Obviamente, la escala y el deporte eran diferentes, pero la filosofía coincidía: dar a los jóvenes un entorno integral que les permita crecer en lo deportivo y lo humano, sobre todo, sabiendo de antemano que la gran mayoría no cumplirá con el sueño de jugar en Primera. Sueño que, con creces, cumplió Independiente del Valle.