Sinner, Swiatek y una huella difícil de borrar
El mundo del tenis está convulsionado por la leve sanción que recibió el número uno del mundo, una situación que salpica al deporte blanco y lo tiñe de sospecha.
“Ya no creo en un deporte limpio”. Stan Wawrinka fue escueto pero lapidario. Tres veces campeón de Grand Slam, el otro gran tenista suizo explotó en su cuenta de Twitter después de que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) anunciara la sanción de tres meses a Jannik Sinner, número uno del mundo, tras haber dado positivo por clostebol -un esteroide anabolizante- en dos controles diferentes en marzo de 2024.
El fenómeno italiano, quien conquistó en el último Abierto de Australia su tercer grande, alcanzó un acuerdo con AMA: en su descargo ante la Agencia Internacional de Integridad del tenis esgrimió que su fisioterapeuta Giacomo Naldi lo trató con un spray con clostebol para curarse una herida y que luego le dio un masaje sin guantes. La agencia aceptó su versión, una actitud que el circuito mira con desconfianza: "¿Accidental? De verdad creen que un fisio le pasó una crema en una herida que lo hizo fallar dos veces en una prueba de esteroides...", disparó Nick Kyrgios.
El australiano es uno de los mayores talentos del circuito pero sus problemas físicos han interrumpido su consolidación. En noviembre de 2024 regresó al tour en Brisbane y Australia después de casi dos años fuera del circuito y aún no volvió a salir a la cancha tras su derrota en el primer Grand Slam de la temporada. "No me veo volviendo a jugar un singles acá", expresó con su sinceridad habitual tras caer ante Jacob Fearnley en su debut.
Más allá de su interrumpida ausencia, Kyrgios sigue siendo una de las voces más transparentes del ATP Tour y aprovecha cada oportunidad para pegarle al italiano: “La AMA salió y dijo que sería una sanción de uno o dos años. Obviamente, el equipo de Sinner hizo todo lo posible para seguir adelante y aceptar una sanción de tres meses, sin perder títulos ni premios en dinero. ¿Culpable o no? Es un día triste para el tenis. La justicia en el tenis no existe”.
El coletazo del breve castigo a Sinner no será menor. Más allá de la credibilidad y la polémica alrededor de su caso puntual, no será gratis para el deporte que los nombres de los dos mejores del planeta estén involucrados en semejantes escándalos. Iga Swiatek, por entonces número uno del circuito femenino, también utilizó una sustancia prohibida: los tests que le hicieron arrojaron que había usado trimetazidina, un agente metabólico que ayuda al cuerpo a utilizar el oxigeno para mejorar la forma en que se metabolizan los ácidos grasos. Swiatek explicó que había consumido un medicamento de venta libre en Polonia para combatir el jet-lag. Su sanción fue aún más reducida: apenas treinta días.
Entonces: ¿Cómo se sigue? ¿En quién confiamos? ¿A quién le creemos? ¿Le creemos a alguien? Preguntas, preguntas y más preguntas. Y si bien hay algunas respuestas, lejos están de despejar las dudas y aportar claridad. La resolución de ambos casos fue ambigua y profundizó la desconfianza a su alrededor. No se trata únicamente de sentenciar culpables o absolver inocentes en casos puntuales: es un legado oscuro que salpica al tenis de sospecha. Como sucede con el ciclismo, especialmente tras el colapso de Lance Armstrong, más allá de las diferencias en metodologías, sustancias y plazos.
Revelado el doping positivo, Sinner estuvo rápido de reflejos: después de un gran inicio de temporada con tres títulos, incluido su primer Grand Slam y el Masters 1000 de Miami, en agosto de 2024 separó de su equipo a su fisio y al preparador físico Umberto Ferrara, quien poco después se sumó al staff del también italiano Mateo Berrettini. Aquí el primer contrapunto, desde la voz de uno de los protagonistas. “Ojalá pudiera contar todo lo que pasó, pero no puedo hablar porque el caso no ha terminado, por desgracia. Espero que, tarde o temprano, pueda ofrecer un poco de luz porque las interpretaciones actuales me dejan a mí como el único culpable, pero no es así", marcaba Naldi en octubre pasado al medio italiano Leggo.
La mención de caso abierto al que hacía alusión Naldi era porque la Agencia Mundial Antidopaje había apelado aquella sanción de tres meses y pedía una pena más dura, de entre uno y dos años. Incluso en el circuito empezaron a ver con dudas el tema. “Yo no lo veo bien. No sé qué va a pasar con el TAS en abril (dixit). Creo que por lo menos lo van a suspender hasta fin de año”, le decía Horacio De La Peña, hoy entrenador de Tomás Etcheverry, a Tomás Rodríguez Couto, periodista de Insiders y ESPN.
Pero la determinación no fue en abril. Ni siquiera terminó el torneo de Buenos Aires y la nueva sanción ya estaba sobre la mesa. Se resolvió con un arreglo. "Me llevó un tiempo convencer a Jannik de que lo correcto era aceptar la oferta de la AMA en lugar de acudir al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS)", señaló Jamie Singer, abogado de Sinner, en una entrevista con Sky News, en la que dejaba en claro los riesgos de un castigo mucho mayor en caso de no acordar.
Sinner apareció públicamente mediante un comunicado: "Siempre he aceptado que soy responsable de mi equipo y me doy cuenta de que las estrictas normas de la AMA son una protección importante para el deporte que amo. Sobre esta base, he aceptado la propuesta de resolver este procedimiento con una sanción de tres meses". Como mínimo, el descargo fue raro. El impacto será marginal: perderá 1600 puntos por no poder defender el título en Miami, las semifinales de Montecarlo y los cuartos de final en Madrid (las semifinales de Indian Wells ya se las habían descontado en 2024) y estará listo para volver en casa, en Roma. Hoy le lleva de ventaja cerca de 2800 puntos a Alexander Zverev (que defiende 700 puntos hasta el Masters 1000 italiano, evento que ganó el año pasado) y más de 3900 a Carlos Alcaraz, que encima defiende el título del M1000 californiano. El número uno del mundo está a salvo.
Más allá de su inocencia o culpabilidad, más allá de sus responsabilidades, la principal alarma se circunscribe a la fiabilidad de un sistema que no parece confiable. Con explicaciones de un lado y del otro, amenazas sobre revelaciones a futuro, con una sanción acordada y en un momento en el que su ausencia causa poco daño en el ranking y en el circuito. Todo es confuso. El N°1 del mundo no perderá su posición como líder ni se ausentará de los Grand Slam: podrá seguir aumentando su cosecha después de haber conquistado tres de los últimos cinco.
"Me hubiese gustado tener el mismo apoyo que tuvo Sinner, es algo que aún no puedo cerrar", marcó en su momento Nicolás Jarry al diario La Tercera de su país. En 2019, el chileno fue sancionado por once meses por una muestra con positivo en ligandrol y estanozolol, dos sustancias que aumentan la masa muscular y están englobadas en el grupo de esteroides de la AMA. Pese a que mostró que llegaron a su organismo por accidente a través de dos suplementos vitamínicos fabricados en Brasil, la AMA fue aplastante. ¿Qué respondió el italiano, hace unos meses, tras su enfrentamiento en primera ronda del Australian Open? "No sé cuáles son los detalles de su caso. Lo que sí puedo decir, atravesando una situación similar, es que nos tratan de la misma forma. Existe un protocolo para eso. Pero si el protocolo falla, no es mi culpa". Uno no sabe, la verdad, cómo tomar las declaraciones de Sinner.
Feliciano López, exjugador y director del Masters 1000 de Madrid, uno de los torneos que se perderá Sinner, fue uno de los que respondió al posteo de Wawrinka con una especie de defensa al italiano, a la sanción y al sistema. “Está muy claro que no ha hecho nada para mejorar su rendimiento, eso está demostrado. Está asumiendo toda la responsabilidad por el error de otros y tres meses de sanción en consecuencia. ¿Una suspensión más larga habría hecho el deporte más limpio? No lo creo”. El español, sin embargo, se desnuda con sus propias palabras. El deporte ya no está limpio, como dijo Stan.
Nos podemos correr un poco del caso Sinner, incluso, para sumar otro acontecimiento resonante en los últimos meses que profundiza la crisis. Cuando el circuito ya estaba de vacaciones en noviembre pasado, la AMA anunció que Iga Swiatek había dado positivo siendo número uno del mundo por una muestra fuera de competencia en agosto con la sustancia trimetazidina. La Agencia Internacional de Integridad del Tenis le aplicó un mes de sanción argumentando, tras entrevistas con Swiatek y su equipo, que la violación no había sido intencional sino que fue producto de la contaminación de un medicamento regulado sin receta (melatonina), fabricado y vendido en Polonia, que la jugadora había estado tomando para el desfase horario y problemas de sueño, según las investigaciones y los análisis de dos laboratorios acreditados por la Agencia Mundial Antidopaje.
La sanción, que no sacó a la polaca de ningún Grand Slam ni de las WTA Finals, levantó revuelo en el circuito y el canadiense Denis Shapovalov fue uno de los que se animó a alzar la voz en redes. “Un mes de sanción, bah” y agregó, tras ser interpelado por un seguidor que le alegaba la inocencia de Swiatek, “eso no hace que sea justo con otros jugadores como Halep, que han tenido suspensiones tan largas por cosas similares”.
Para poner en claro el contexto, la rumana, ganadora de dos Grand Slam y ex-N°1, fue sancionada por cuatro años después de dar positivo con Roxadustat, una droga que estimula la producción de glóbulos rojos que facilitan el transporte de oxígeno en la sangre, dando mayor resistencia y una mejor recuperación. Según la Agencia Mundial Antidopaje, esta sustancia es difícil de demostrar que haya ingresado al organismo de forma accidental. De ahí radica su pesada condena por el control realizado durante el US Open 2022 cuando aún era Top 10 y venía de ser semifinalista en Wimbledon. Sin embargo, el Tribunal de Arbitraje Deportivo aceptó la apelación de Halep y le redujo la suspensión a nueve meses, tiempo que ya había transcurrido, determinando que no lo había ingerido de forma intencionada sino que procedía de un suplemento contaminado.
“Me siento e intento entender, pero realmente es imposible comprender algo así”, publicó Halep en su cuenta de Instagram en relación a la sanción a Swiatek. “Me siento y me pregunto: ¿Por qué hay una diferencia tan grande en cómo se me trató y en el juicio? No puedo encontrar y no creo que pueda haber una respuesta lógica. Solo puede ser mala voluntad por parte de la Agencia Internacional de Integridad del Tenis, la organización que hizo absolutamente todo para destruirme a pesar de las pruebas. Siempre he creído en el bien, he creído en la justicia de este deporte, he creído en la bondad. La injusticia que se me hizo fue dolorosa, es dolorosa y tal vez siempre será dolorosa”.
Paradoja del destino, Simona Halep se terminó retirando hace unos días, a los 33 años, por problemas físicos en una rodilla, en un hombro y con un estado de “agotamiento emocional”. ¿Culpable o inocente? No es el punto. Ella perdió la fe y la confianza en el tribunal que regula el tema doping sobre el deporte. Y como ella, varios. Muchos. Miles… Quizás todos.
Incluso, obviamente, los propios jugadores. Novak Djokovic también se sumó a la polémica desde Doha. "He hablado con varios jugadores en el vestuario, no sólo en los últimos días sino también en los meses anteriores. La mayoría de ellos no están satisfechos con cómo ha ido todo el proceso y no creen que haya sido justo. Muchos creen que ha habido favoritismo. Hemos visto los casos de Simona Halep, Tara Moore y otras jugadoras que quizás son menos conocidas que han luchado durante años para resolver sus casos o que han sido suspendidas durante mucho tiempo. Creo que realmente es hora de hacer algo y abordar el sistema, porque está claro que la estructura no está funcionando de esta manera".
Por su parte, Aryna Sabalenka mostró preocupación y dudas: “Te vuelves demasiado consciente de ciertas cosas y se te mete en la cabeza que, por ejemplo, si alguien usó una crema en ti y das positivo, te van a atacar y no te van a creer ni nada. Tenemos demasiado miedo del sistema. No veo cómo puedo confiar en él”.
Juan Martín del Potro también entró en la polémica al pasar por el ATP de Río esta semana por una serie de compromisos comerciales y extendió la línea de la preocupación. “No conozco tantos detalles, no estoy en el circuito. Pero sí te puedo decir que toda la situación la veo rara. Él dio dos veces positivo en Indian Wells, antes del US Open se conoce públicamente el caso y no recibe ninguna sanción. Eso veo raro, que durante muchos meses había gente que sabía y no lo comunicaron. No estoy diciendo si era inocente o no, si el fisio, la crema. Pero creo que acá todos perdieron un poco de credibilidad. La ATP, los sistemas antidoping, la imagen de Sinner, los fans. Creo que nadie salió con algo positivo", remarcó.
Muy de cerca del tema quedó, claro, Swiatek. Y quiso despegarse. “Cada caso es diferente. No hay razón para comparar y poner estas dos cosas una al lado de la otra. Fue totalmente diferente desde el principio. También proporcionamos toda la documentación muy precisa. Hicimos todo lo que necesitábamos y seguimos las instrucciones, así que no había espacio ni motivo para que la AMA apelara, diría yo. Así que sí, estaba bastante segura de que acabaría con ello porque mi caso era solo una contaminación. Encontré la fuente y eso es todo”, explicó la polaca al ser consultada por su conexión contemporánea con el tema Sinner.
Por más que se enojen, ofusquen o simplemente no les gusten las preguntas acerca del doping, será un tema con el que Sinner y Swiatek deberán aprender a convivir y lidiar en el día a día de aquí en adelante. Será algo que siempre estará ahí, latente, en tela de juicio, listo para salir a escena. Una y otra vez. Siempre habrá un vínculo: los dos mejores del mundo dieron positivo -más allá de culpas, contaminación o lo que quieran- en el mismo año.
“Simplemente es lo que hace la gente. También creo que es más fácil para los medios de comunicación: describir estas cosas cuando las ponen una al lado de la otra. No creo que en realidad haya ninguna influencia ni conexión porque hay muchos factores diferentes, sustancias diferentes, formas diferentes de que estas cosas entren en nuestros cuerpos. También hay diferentes resoluciones, diferentes apelaciones y esas cuestiones legales. Creo que los medios los están conectando porque es más fácil describirlo de esa manera”, explicó Swiatek.
Su declaración tiene una clara intención: separarse de Sinner. Alejarse del tema, cerrar una puerta y, en lo posible, que nunca jamás sea abierta. Si se puede, olvidarlo. Pero será complicado. Por más diferencias que haya en los casos, la huella está. Y el manto de sospecha será difícil de tapar. Imposible. Así como ha pasado con Petr Korda, Guillermo Cañas, Richard Gasquet, Guillermo Coria y Maria Sharapova, por nombrar otros Top 10 que transitaron caminos similares. Contaminación va, contaminación viene. Como dijo Stan the Man, sin dar más vueltas, el mundo ya no cree en un deporte limpio.