Not Like Us: Kendrick Lamar celebra su propio Super Bowl
Después de ganar su partido durante un 2024 inolvidable, el Rey de la Costa Oeste extenderá su reinado al escenario más multitudinario del planeta.
Kendrick Lamar cobrará menos de mil dólares por actuar en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LIX, una función multitudinaria ante más de cien millones de televidentes en Estados Unidos y otros cientos de espectadores en el mundo. El canon es simbólico, el mínimo que establece el sindicato. La NFL no le paga a los artistas por sus performances en el evento más consumido en suelo estadounidense: con 124 millones de televidentes, la edición de 2024 fue el programa de televisión más visto en la historia.
Cincuenta millones de dólares desembolsa anualmente Apple Music para imprimirle su marca a los catorce minutos de promedio que dura el show, un espacio que hasta 2022 perteneció a Pepsi. La NFL embolsa 35 y los otros quince se los entrega a la estrella de turno para solventar los gastos de producción, un trabajo de orfebrería que durará meses para montar la ceremonia. Abel Tesfaye, The Weeknd, decidió que era insuficiente: invirtió siete millones de su propio bolsillo para una presentación continuada e ininterrumpida en una noche en la que el costo de los treinta segundos de publicidad es de ocho millones de dólares.
La retribución es astronómica: el impacto es inmediato. Las reproducciones, las búsquedas, los seguidores en las redes y las ventas aumentan exponencialmente en segundos: The Weeknd vendió un millón de entradas durante la semana siguiente al Super Bowl, Rihanna aumentó más de tres millones de followers en Instagram después de cinco años sin un recital en vivo y su marca de cosméticos Fenty Beauty fue un 833% más buscada y Lady Gaga escaló hasta la cima en los charts internacionales con su disco Joanne. Son solo algunos ejemplos del efecto Super Bowl.
Kendrick Lamar inmortalizará su nombre en el Caesars Superdome de Nueva Orleans. Con una cantidad de espectadores usualmente mayor al promedio del televidentes del partido, el rapero del año 2024 se ganó en una batalla dialéctica su lugar en el Super Bowl: protagonizó una batalla épica contra otro titán del género, un referente absoluto del género durante la última década y media, un mano a mano en el que terminó noqueando a Drake como si estuvieran en un ring combatiendo por el título de los pesados.
Después de más de diez años de lanzarse indirectas de forma constante, ocurrió lo inevitable. El mundo fue testigo de la batalla de rap más importante desde la legendaria rivalidad entre Tupac Shakur y Biggie Smalls. Aunque ha habido otras confrontaciones significativas en la historia del hip-hop, ninguna tuvo un impacto cultural tan profundo como este enfrentamiento entre el Rey de la Costa Oeste y el canadiense, también vinculado con el mundo deportivo a partir de sus apariciones rutinarias al pie de campo de juego de Toronto Raptors.
I'm willin' to die for this shit | Estoy dispuesto a morir por el hip-hop
I done cried for this shit, might take a life for this shit | Lloré por esto, podría matar a alguien por esto
Put the Bible down and go eye for an eye for this shit | Esconder la biblia e ir ojo por ojo por esto
D-O-T my enemy, won't catch a vibe for this shit | Apuntarle a mí enemigo, nada me importa más que esto
Este duelo no solo sirve para entender lo que ha ocurrido en el género durante los últimos 15 años, sino también para vislumbrar, ordenar y proyectar el futuro. Drake y Kendrick representan polos opuestos, incluso dentro del mainstream. Durante este beef, ambos buscaron demostrar por qué, a su juicio, son el nombre más grande del género. Sin embargo, solo uno logró desarmar cualquier tipo de argumento, diseccionando hasta el más mínimo detalle de la persona de manera meticulosa. Cuatro canciones en cinco días fueron suficientes para poner fin al enfrentamiento. Euphoria, 6.16 in LA, Meet the Grahams y Not Like Us presentan, deconstruyen, construyen y destruyen la figura pública de Drake de tal manera que este último aún no logra escapar del impacto de una situación que él mismo provocó.
Así como una vez Tupac dijo que en él conviven Latasha Harlins, Fred Hampton y Bobby Hutton. Kendrick Lamar hace diez años -desde To Pimp a Butterfly- que camina por la vida con el espíritu de Shakur. A veces reniega, rechaza e intenta alejarse de esa sombra pero otras veces abraza esa reencarnación. Toma distancia (DAMN./Mr Morale & The Big Steppers) hasta el momento donde se ve en el deber de celebrarlo (GNX): Lamar es 2Pac reencarnado, una versión mucho menos atormentada y cargada de enojo que la del hijo de Afeni, pero que también explota cuando lo pinchan como en mayo de 2024.
Que Lamar haya salido victorioso y lo haya hecho entregando un hit, un himno histórico y una declaración de principios como lo es Not Like Us es una rareza para alguien de su palo. Kendrick ya lo había advertido allá por 2017 cuando se subió al remix de Mask Off de su colega Future: “Gotta look at self and ask, What happened?/How y'all let a conscious nigga go commercial/While only makin' conscious albums?” Se supone que la vertiente del “rap consciente”, donde se lo mal encasilla a Kendrick, no debería ser super exitoso comercialmente pero ahí está, una vez más, rompiendo la norma.
Desde la salida de la canción y hasta el domingo pasado donde barrió los GRAMMYs, Not Like Us y todo lo que produjo fue el tema de conversación más candente de cualquier medio de música que cubra el género. Nada fue dejado al azar y el rapero del año pareció planear minuciosamente y ejecutar su victory lap:
Un espectáculo durante el Juneteenth (19 de junio), día en que se conmemora la emancipación de los afroamericanos esclavizados, que culminó con Not Like Us sonando nada menos que seis veces consecutivas, con todas las pandillas y algunos basquetbolistas bailando sobre el escenario.
El lanzamiento del video de Not Like Us, en el que toda su ciudad se reúne para bailar al ritmo del tema del verano, estrenado estratégicamente el Día de la Independencia (4 de julio).
La última canción post-beef, publicada en su Instagram, donde reflexiona sobre el final de la fiesta y sobre la necesidad de volver a enaltecer los valores fundacionales del hip-hop (9 de septiembre).
Sale GNX, su álbum más reciente y el que le permitirá competir también en los GRAMMYs del 2026 (22 de noviembre).
Publica el video de Squabble Up lleno de referencias a Los Ángeles, el beef y sus pares que le bajaron el precio durante la batalla como Questlove, Ice T o el hijo de Isaac Hayes. (25 de noviembre).
Anuncio de la gira de estadios por Estados Unidos y Cánada junto a su ex-compañera de sello y superestrella SZA (3 de diciembre).
Completa una barrida total en los GRAMMYs 2025 llevándose los cinco premios por los que estaba nominada Not Like Us y deja a un teatro entero cantando la canción a los gritos (2 de febrero).
Fechas inconfundibles y profundamente significativas para la historia de Estados Unidos fueron seleccionadas para celebrar todo lo que ocurrió después de la batalla. Estas elecciones no fueron en absoluto casuales.
Es por eso que con Jay-Z a cargo de la elección del espectáculo de medio tiempo, en un año en el que la esencia del hip-hop volvió a brillar, la decisión de incluir a Kendrick Lamar nunca pareció más acertada.
El camino de Kendrick hacia el Halftime Show es diametralmente opuesto a su primera aparición. En 2022, el Super Bowl llegó a Inglewood, California, y el elegido para el espectáculo fue Dr. Dre. El legendario productor lideró el evento e invitó a varios raperos con los que compartió escenario: Eminem, Mary J. Blige, Snoop Dogg, 50 Cent y Kendrick Lamar.
Have you ever thought that OVO is workin' for me? | ¿Te pusiste a pensar que alguien en OVO está trabajando para mí?
Fake bully, I hate bullies, you must be a terrible person | Falso matón, odio a los matones. Debes ser una persona horrible.
Everyone inside your team is whispering that you deserve it | Todos en tu equipo susurran que te lo mereces
Can't Toosie Slide up outta this one, it's just gon' resurface | No podés hacer un baile viral para salir de esto, va a resurgir
El período 2017-2022 en la carrera de Kendrick estuvo marcado por el silencio y algunas apariciones esporádicas. Sin embargo, el Super Bowl de ese año marcó el punto de partida para lo que sería su siguiente proyecto: Mr. Morale & The Big Steppers. Este Super Bowl es todo lo contrario: Lamar está en el pico más alto de su popularidad, tras un año de grandes logros y exposición mediática. Ahora, el ciclo se cierra para celebrar lo conseguido en 2024: la corona del rap.
No podemos decir que el espectáculo de este año esté libre de polémicas: está rodeado de ellas. Una parte de la comunidad no recibió bien el anuncio de Kendrick, pues esperaban que Lil Wayne fuera convocado, considerando que el Super Bowl se celebrará en Nueva Orleans. Aunque el Halftime Show nunca se ha caracterizado por incluir artistas locales de la ciudad anfitriona, el precedente de 2022, cuando Dr. Dre fue elegido, condujo a Weezy a realizar una especie de campaña para postularse en esta edición. A pesar de la negativa, la reacción de Wayne fue particular, pero nunca con animosidad hacia Kendrick. De hecho, aseguró haberlo llamado para felicitarlo.
Por otro lado, está la polémica legal. En los últimos días, Drake presentó una demanda contra su discográfica UMG, que también representa a Kendrick, por difamación. En esta denuncia federal, Aubrey asegura que Universal colaboró para promocionar "Not Like Us", un tema que, según él, lo describe como pedófilo, con la intención de perjudicar y disminuir su valor en futuras negociaciones contractuales. Aunque esta denuncia tiene múltiples aristas que serían imposibles de abarcar en esta nota, lo relevante es lo siguiente: en esta presentación, Drake también busca impedir que la canción sea interpretada en el Super Bowl. Resta saber si logrará su objetivo.
Beat your ass and hide the Bible if God watchin' | Golpearte y esconder la biblia
Sometimes you gotta pop out and show niggas | A veces tienes que aparecer y demostrarle a algunos
Certified boogeyman, I'm the one that up the score with 'em | Hombre de la Bolsa certificado, soy el que sigue contando muertos
Walk him down, whole time, I know he got some ho in him | Me acerco caminando, se que se va a escapar
Pole on him, extort shit, bully Death Row on him | Saco el arma, y lo extorsiono hasta la silla eléctrica
Finalmente, queda por descubrir qué hará Kdot en su presentación, la primera vez en la historia en que un rapero será el único headliner del Halftime Show. Sabemos que contará con su compañera SZA como invitada pero las mayores intrigas se ciñen a su repertorio. La mayor incógnita gira alrededor de una decisión exclusiva de la NFL: ¿Permitirá que una canción como Not Like Us, con los términos que emplea en su letra, sean transmitidos en vivo y en directo para todo el mundo? Ya desde hace unas semanas, junto con el anuncio de la participación de SZA, que vienen promocionando el show con pequeños clips de la canción, pistas que parecen indicar una anomalía total en las decisiones de la liga y el contenido de sus canciones. ¿Interpretará sus clásicos como HUMBLE., Alright o Money Trees, o se centrará en GNX y las canciones de su aclamado repertorio de 2024? ¿Se llegará a colar algo de sus mixtapes como A.D.H.D? Lo único seguro es que Kendrick siempre ha sabido cómo ofrecer espectáculos memorables y todo parece apuntar a que seguirá siendo así.
Kendrick Lamar llegará al Halftime Show habiendo destruído el título de Big 3. Ahora, solo queda Él.