Ni una noche para el tenis femenino: polémica en Roland Garros
Una declaración del presidente de la Federación Francesa puso el tema sobre la mesa y Ons Jabeur recogió el guante: ¿Por qué Roland Garros no programa partidos femeninos en la sesión nocturna?
Van siete jornadas nocturnas en Roland Garros 2025. Con la de hoy domingo serán ocho. Y en todas hubo únicamente partidos masculinos en la programación. Y si miramos hacia atrás, la totalidad de las sesiones de noche de la edición del año pasado contaron con duelos entre hombres. ¿Y las mujeres? ¿Acaso no tienen nivel? ¿No seducen a los espectadores? ¿Un partido entre Paula Badosa y Naomi Osaka en primera ronda no califica para cerrar el día en París? El tema, claro, no es nuevo. Es recurrente desde que Roland Garros instaló la sesión nocturna en 2021 con la modernización de la Philippe Chatrier con techo retractil y luces artificiales. Apenas una vez ese año -en un partido sin público por la pandemia del COVID-, otra en 2022 y una más en 2023 fueron las jornadas con partidos femeninos por la noche. Suena a poco.
La polémica estaba instalada en la mesa. La pregunta a algún referente de la Federación Francesa o de la organización de Roland Garros iba a llegar tarde o temprano. Y llegó más temprano que tarde y fue acompañada por un furcio en la respuesta, con una desafortunada expresión -que seguramente sea lo que piensen- que encendió la mecha. Gilles Moretton, el presidente de la Federación Francesa de Tenis, resaltó ya en el segundo día de competencia que la programación se dicta pensando en lo que "podría ser mejor para los espectadores". Rápidamente se dio cuenta de lo que esas palabras podrían generar y destacó que no hablaba en nombre de la directora del torneo Amelie Mauresmo, quien tiene la última palabra en el orden juego. El daño ya estaba hecho. Y la pelota había comenzado a rodar.
"El tenis femenino ha estado escribiendo su propio legado con fuerza, brillantemente, y durante demasiado tiempo sin un reconocimiento pleno", abrió el panorama Ons Jabeur en sus redes sociales. "A muchas atletas increíbles se les ha dicho lo mismo una y otra vez: que nadie las ve, que a nadie le importa. Que el deporte femenino no conmueve. A menudo, quienes nunca han visto un partido completo juzgan rápidamente. Un estadio vacío se usa como prueba. ¿Los llenos? Convenientemente ignorados. Es un poco irónico. No muestran deporte femenino, no muestran tenis femenino, y luego dicen: 'Sí, pero sobre todo ven a los hombres'. Claro que ven más a los hombres porque se les muestra más", remarcó la tunecina ex N°2 del mundo y finalista en tres Grand Slam.
La situación tomó exposición de la mano de Ons y fue moneda corriente en las conferencias de prensa en Roland Garros. La propia Mauresmo, muchas veces marcada por las jugadoras por priorizar los partidos masculinos, intentó calmar las aguas velozmente pasando a dar sus razones y ratificando su postura diciendo que la decisión pasa íntegramente porque los hombres juegan a cinco sets. "Lo importante es la duración de los partidos, no el nivel que alcanzan", remarcó la francesa, señalando que un partido femenino que se defina por la vía rápida perjudicaría directamente al público de la sesión nocturna. "Debemos tener en cuenta a los 15.000 espectadores que asistirán", destacó.
Pasemos en limpio. La jornada estelar en París se juega a las 20.15 hora local y cuenta de un solo partido. A diferencia del US Open, por ejemplo, que la sesión que cierra el día cuenta con dos partidos -uno femenino y otro masculino- y empieza a las 19. Entonces, un partido femenino en París podría sentirse como poco en caso de durar una hora y monedas; y poner dos encuentros haría que la acción termine muy tarde, seguramente -por no decir siempre- pasando la medianoche. Y no hay que olvidar la regla que se instaló hace unos años para proteger la salud de los jugadores de no arrancar partidos después de las 23 salvo excepciones autorizadas por el supervisor del torneo y con ambos jugadores estén de acuerdo.
"Siendo sincera, si se ponen dos turnos por la noche, no creo que una mujer deba jugar después de los hombres. Podrías empezar a las 23 y eso si el partido es rápido", señaló Coco Gauff, que deslizó la idea de adelantar unas horas el inicio de la jornada. "La mayoría de los torneos suelen hacerlo", destacó la estadounidense, quien además graficó con su experiencia personal. "En el US Open cuando me tocó jugar previo a Djokovic la gente estaba casi tan emocionada de verme jugar a mí como a él. Y lo mismo me pasó en Australia en el partido nocturno. La gente también tenía ganas de verme. Definitivamente creo que hay una oportunidad de mejorar eso en el futuro con este torneo". La idea fue descartada por el momento por Mauresmo.
Justamente Coco fue una de las que se barajó como posible cierre de día de este sábado en París. Todo comenzó cuando Novak Djokovic, el principal candidato para la jornada nocturna, le mandó un mensaje sin vueltas a los organizadores en la conferencia de prensa diciendo que tenía ganas de ver la final de la Champions League en vivo. Pero un momento de lucidez logró evitar un escándalo. Y Nole terminó jugando al mismo momento que el PSG se floreaba ante el Inter en Munich. ¿Se imaginan lo que hubiese sido que el mismo día en el que se paralizó París y el deporte por TV estaba súper pendiente por la redonda Roland Garros giraba y ponía un partido femenino en vez de uno masculino a la hora del PSG-Inter?
"Siento como si me diera la cabeza contra la pared", se sincera Jessica Pegula. "Llevamos hablando de esto dos, tres, cuatro años, probablemente una eternidad, para ser honesta, porque nunca ha sido igualitario. Me alegra que (Ons) pueda alzar la voz. Ella siempre ha luchado por la igualdad, no solo por su lugar de origen sino también por las mujeres en general. Así que sí, estoy con ella, y creo que, una vez más, hemos demostrado que merecemos las mismas oportunidades", agregó ya más combativa la estadounidense. Y también la múltiple campeona en París Iga Swiatek puso su granito de arena. "Los duelos femeninos también pueden ser entretenidos. La gente los disfruta. Podemos ofrecer un buen espectáculo".
"¿El calendario nocturno? Yo no lo hago, así que no puedo darte ninguna opinión. No quiero comentar sobre eso ni entrar en detalles", quiso esquivar el N°1 de los caballeros Jannick Sinner, quien terminó entrando al tema de todas maneras. "Creo que tenemos muchas cosas iguales en este momento, y es bueno verlo. Tenemos la misma cantidad de partidos masculinos y femeninos en la Cancha Central, en la Lenglen y en la Mathieu, hay dos y dos. Los partidos masculinos son al mejor de cinco. Ya lo sabemos. Los femeninos son al mejor de tres. Si quieren poner sesiones nocturnas y femeninas, supongo que tienen que jugar dos encuentros por si alguna tiene un muy buen día y otra uno muy malo, y el partido llega a durar una hora. Eso es lo único que puedo decir entonces, Tal vez las cosas puedan cambiar en el futuro. No lo sé", señaló el italiano, quien este sábado liquidó su partido en poco más de una hora y media. Menos mal que no jugó en la sesión nocturna...
"Coco Gauff lidera con una convicción intrépida. Aryna Sabalenka golpea con una potencia inigualable. Iga Swiątek domina con calma y precisión. Jessica Pegula ofrece una consistencia implacable. Paula Badosa lucha contra cualquier tormenta. Mirra Andreeva irrumpe, joven e intrépida. Jasmine Paolini ilumina la cancha con fuego y coraje. Elena Rybakina muestra serenidad y letalidad. Naomi Osaka habló abiertamente de las batallas fuera de la cancha y no cesó de mostrar su nivel. Venus y Serena Williams rompieron barreras y luego batieron récords. Cuando los titulares digan "nadie mira", recuerden: las gradas llenas nunca formaron parte de su narrativa. El tenis no pide ser visto. Ya está brillando. Nadie niega la grandeza del tenis masculino. Las feroces batallas, los legados, la magia bajo presión. Pero honrar una faceta del deporte no debería significar ignorar la otra. El tenis femenino ha estado escribiendo su propio legado con fuerza, brillantemente, y durante demasiado tiempo sin un reconocimiento pleno", resume implacablemente Ons Jabeur. No más palabras, señor juez.