“Pias-three”: El hombre de hielo llegó desde el horno
Frío, preciso y audaz, Oscar Piastri lidera la Fórmula 1 a los 24 años tras una escalada tan quirúrgica como imperturbable.
Enclavada en la confluencia de los océanos Pacífico e Índico, Australia es una tierra de inmigración. Chris Piastri tiene raíces italianas, yugoslavas y chinas. Su mujer Nicole posee ascendencia escocesa e irlandesa. Oscar, el único hijo varón de ambos, modeló su propia mixtura y se transformó en un hombre de hielo venido desde un horno con forma de isla.
Con 24 años recién cumplidos, de profesión piloto de Fórmula 1, Oscar arriba este fin de semana a un Grand Prix, el de Miami, como líder del Mundial por primera vez en su campaña. Encabeza de facto la escuadra campeona, McLaren, cuyo fundador también llegó desde las antípodas.
Pero su primer logro trascendental fue haber escrito el mejor tuit de la historia de la categoría.
Retrocedamos.
En agosto de 2022, Sebastian Vettel, que nunca había tenido redes sociales, se abrió una cuenta. ¿Qué estaba ocurriendo? La utilizó para contar que se retiraba de la Fórmula 1. Dejaba una vacante en el equipo Aston Martin. Pronto, Fernando Alonso anunció que, lejos de renovar como se descontaba su contrato con Alpine, cambiaría de escuadra para ocupar esa butaca. El equipo de origen francés contaba con un piloto de reserva ideal para la promoción. Había sido campeón de Fórmula 3 en 2020 y de Fórmula 2 en 2021, logrando dos títulos consecutivos en las categorías de ascenso, algo que solo habían conseguido astros como Lewis Hamilton (en 2005 y 2006) o Charles Leclerc (2016 y 2017). De manera que, al toque, Alpine lo anunció como el reemplazante de Alonso:
“Formación 2023 confirmada. Esteban Ocon & Oscar Piastri. Después de cuatro años como parte de la familia Renault y Alpine, el piloto de reserva es promovido a un asiento junto a Esteban Ocon empezando en 2023”, señalaba la comunicación del equipo de Enstone.
Dos horas más tarde, el joven Piastri –por entonces de 21 años- contestaba la noticia, que habría alegrado a cualquier aspirante, con un tuit audaz y provocador.
“Entiendo que, sin mi consentimiento, se publicó un comunicado esta tarde (asegurando) que correré para ellos el próximo año. Eso es incorrecto y yo no tengo firmado contrato con Alpine para 2023. No estaré corriendo para Alpine el año próximo”
Bombazo. ¿El rookie se niega a correr en Fórmula 1?
Nada de eso. Piastri estaba negociando una mejor oportunidad con McLaren. Alpine clamó sangre. Pero resultó que no tenía un contrato firmado con el australiano, sino simplemente una carta de intención para la firma de un contrato. ¡Al equipo se le había pasado la fecha de la firma!
Tan interesado en el joven piloto estaba Zak Brown, el CEO de McLaren, que no dudó en ir a la justicia para defender su activo. Alpine perdió. Rodaron cabezas, entre ellas la de su entonces Team Principal, el buenazo de Otmar Szafnauer. Y el equipo quedó sumido en una crisis de la que todavía no se recupera.
Piastri, mientras tanto, lleva ganados cinco de los últimos 17 Grand Prix.
Como Lance Stroll, Lando Norris u Oliver Bearman, Oscar también tiene un padre rico que lo ayudó a escalar la ladera del automovilismo hacia la exclusiva cima de la Fórmula 1. Chris Piastri es titular de una empresa de Melbourne, HP Tuners —que provee soluciones informáticas a la industria automotriz— valuada en 35 millones de dólares. Por las noches no le leía cuentos a su hijo sino fichas de autos: el chico se sabía de memoria la potencia y la velocidad final de los autos más poderosos del planeta.
Curiosamente, Oscar no empezó por el karting, sino por los coches a radio control. En un viaje de negocios a Estados Unidos, Chris compró el primero. “Empezó a correrlos a los 6 años y en su primer evento terminó tercero compitiendo contra rivales de 20 o 30 años”, explicó al Sydney Morning Herald. El chico aprendió a conducirlos con tanta maestría que a los 8 ganó la clase menor de un torneo nacional australiano.
De esa práctica le han quedado unos fabulosos reflejos para controlar autos reales, potentes, agresivos. Recién a los 10, en 2011, pasó a los karts. Sus abuelos paterno y materno, ambos mecánicos, se encolumnaron en la tarea. Sus hermanas Hattie, Edie y Mae y su madre Nicole iban a alentarlo. Usaba el número 81.
A los 14 se planteó esa gran decisión que nunca tienen que tomar los chicos nacidos en Europa que quieren llegar a la Fórmula 1: emigrar, separarse de sus padres, vivir solos desde muy chicos en procura de un sueño que pocas veces se cumple.
Entra Mark Webber.
En una tierra de campeones del mundo, desde Jack Brabham (el primero en ganar el título mundial de Fórmula 1 con un auto que llevaba su nombre) a Alan Jones, la tentación es grande. Webber fue tercero en 2010 –cuando llegó a la última carrera como líder del torneo, para ser superado finalmente por su compañero Vettel-, lo mismo que en 2011 y 2013.
Ahora quiere lograr ese esquivo título por otros medios. Veinticinco años mayor que Piastri, en 2020 se transformó en su consejero. “Alpine sabía de las negociaciones con McLaren”, explicó en su momento. En realidad, Webber había logrado que el equipo de Woking contratara a Piastri el 4 de julio de 2022, UN MES ANTES del anuncio de Alpine. Lo habían mantenido en secreto.
Chris financió la carrera de su hijo. F-4 Británica en 2017 (subcampeón), Fórmula Renault Europea en 2018 y 2019 (campeón en el segundo año), FIA Fórmula 3 en 2020 (campeón) y FIA Fórmula 2 en 2021 (campeón). Los coches de Oscar siempre llevaron en sus laterales la misma leyenda: “HP Tuners”.
En esa cabalgata, el australiano había sumado 21 victorias y, especialmente, un aprendizaje extraordinario. En las categorías inferiores había revelado su consistencia –concentración para llegar, sumar puntos para ganar títulos- pero con el equipo italiano Prema en F-3 y F-2 aprendió a redondear vueltas rápidas, imprescindibles para clasificarse lo más adelante posible para una largada. En su campaña exitosa en la Fórmula 2 se convirtió en el primer piloto en lograr cinco pole-positions consecutivas.
La prensa de su país calculó que esos cinco años de campaña, hasta transformarse en piloto de reserva de Alpine, le costaron a Chris 6,5 millones de dólares. Pero, para entonces, Oscar ya era cliente de JAM Sports Management, la compañía que Webber formó con su esposa Anne y su socio Jason Allen. El expiloto de RedBull fue quien advirtió que Alpine se había transformado en una escuadra con demasiados caciques para tan pocos indios, y que convenía salir de allí.
McLaren liquidó un año antes el contrato de su compatriota Daniel Ricciardo, pagándole básicamente unos 18 millones de dólares para que dejara de correr, de manera de hacerle lugar a su nueva gema. Mudado a Mónaco como tantos de sus colegas, Oscar aprovechó la posibilidad de empalmar su aprendizaje de la F-1 con una época traumática en McLaren, gracias a la cual las exigencias fueron menores a las habituales, cuando el coche es competitivo.
Ganó el Sprint de Qatar en 2023, terminó noveno en ese torneo y, el año pasado, cuando desde el GP de Miami en adelante el fruto de Rob Marshall, el McLaren MCL38, se volvió el mejor coche de la categoría –hace exactamente un año—, empezó a mostrarle a su ya veterano compañero de equipo, Lando Norris, que podía darle pelea.
Así llegó su primer triunfo en Hungría, en Francia lucha con Norris. “Tuvo una reacción bastante fría y controlada por radio: ‘Primera victoria, bueno’. Celebró con un juego de Monopoly con Lando y Alex Albon, una comida rápida con su novia”, contó Zak Brown en la web de McLaren. Era el piloto número 115 en la historia de la Fórmula 1 en ganar un Grand Prix.
Más tarde, en Azerbaiyán y con la ayuda de un pequeño e ingenioso dispositivo técnico, el MiniDRS, Oscar batió a la Ferrari de Charles Leclerc. Norris desperdició casi todas sus chances y acabó subcampeón; Oscar subió cinco posiciones respecto al año anterior y acabó cuarto, reduciendo el déficit con Norris:
2023 Norris: 205 puntos; Piastri: 97 (47%)
2024 Norris: 374 puntos; Piastri: 292 (78%)
Este año, tras un costoso error en Melbourne delante de su gente, Piastri ganó tres de las cuatro carreras siguientes, un logro que lo llevó a rebautizarse con humor como “Pias-Three”. Pero lo más trascendente no son los números sino lo que hay detrás.
”Piastri continúa sumando confianza y calma a su considerable velocidad”, lo describió Martin Brundle, el expiloto de F-1 que se volvió uno de sus más agudos analistas. “Visto desde afuera, es como si su pulso fuera una línea plana de principio a fin de la carrera, y solo puedo pensar en unos pocos pilotos que hayan controlado tanto sus emociones y su mente. Alain Prost podría ser uno”. Prost, cuatro veces campeón mundial, nada menos.
En momentos en los que la condición mental de su compañero Norris está en el tapete, a Piastri se lo compara inclusive con el piloto más frío de los últimos 20 años en la F-1: Kimi “Iceman” Raikkonen. Si el chico Antonelli ligó el nombre del ídolo finlandés, Oscar parece haber adoptado esa misma imperturbable condición mental que definía al último campeón mundial que tuvo Ferrari.
¿De dónde viene esa calma? “La emoción me ha traicionado un par de veces en mi carrera”, explicó en Jeddah un par de semanas atrás. “Las emociones negativas tienen un impacto negativo. Hay mucho de un esfuerzo consciente para mantener la calma y permanecer relajado”. Esa calma no es natural sino elaborada. Abonada desde los días del radio control. De no haber sufrido privaciones. De sentirse perfectamente seguro. De tener las cosas bien claras.
En Arabia Saudita, Oscar logró su segunda victoria seguida, tras la de Bahrein. Su compañero no logró todavía ganar dos carreras consecutivas, pese a que corre para McLaren desde 2019. “No hay mucha gente en la F-1 que crea que Max no es el mejor piloto de la disciplina”, insiste Brundle. “Pero Piastri aprende rápido, ya ganó el 10 por ciento de las carreras que disputó en F-1 y solo puede volverse mejor”.
¿Y qué dice Max? “Oscar está muy sólido. Encara las cosas con mucha calma y eso me gusta. Se ve en la pista. Entrega los resultados que se esperan de él, apenas si comete errores y eso es lo que se necesita para pelear por un título del mundo. Creo que tener a Mark (Webber) de su lado lo está ayudando mucho. La gente aprende de sus propias experiencias, es lo que yo tuve con mi padre y Mark está aconsejando a Oscar. En el fondo, lo que vemos es que Oscar está usando su talento, y eso es muy bueno de ver”.
Habrá que seguir viéndolo.