¿Y en 2026 qué, Colapa?
Flavio Briatore asegura que lo evalua junto a otros candidatos, pero hay dos tapados que podrían terciar por esa segunda butaca de Alpine para el próximo Mundial de F-1.
Franco Colapinto ya está en Azerbaiján. Vuelve a Baku, la ciudad entre cuyos principales edificios –el Parlamento, el palacio presidencial, la Ciudad Vieja- discurre un circuito urbano de más de seis kilómetros de recorrido en el que protagonizó, exactamente un año atrás, la que posiblemente haya sido su mejor actuación de su campaña en la Fórmula 1. Y mientras intenta solidificar la tarea de este 2025 que se esfuma para declarar sus ambiciones de cara al próximo torneo, la discusión sobre su continuidad con el equipo Alpine se mantiene vigente.
Antes de aterrizar en Baku, Flavio Briatore –muy amigo del presidente azerí Ilham Aliyev, al punto que le aceitó el contrato para contar la carrera a cambio de una jugosa comisión- dio algunas precisiones sobre el futuro al prestigioso medio alemán Auto Motor und Sport. Un resumen de las declaraciones del Tío Flavio:
Colapinto tuvo dificultades para encontrar su ritmo, pero Briatore está cada vez más satisfecho a medida que transcurren las carreras
Subestimó la presión que suponía para cualquier joven competir en un equipo de fábrica (válido tanto para Doohan como para Colapinto)
Tres pilotos en el radar: Colapinto, Doohan, Aron. A Doohan lo seguirán probando.
De alguna manera, Briatore trazó el camino que Colapinto debe recorrer para alcanzar la renovación de su contrato. Pero no lo dijo todo.
Si el señalado fuera el único trío con posibilidades de tener la segunda butaca de Alpine en 2026, entonces el argentino cuenta con las mayores posibilidades, porque –como es obvio- es el único de los tres que está corriendo. Pero eso no implica que pueda aparecer alguna otra alternativa que ejerza algo de sombra sobre esas chances.
Doohan no ha vuelto a competir desde que fue apeado del Alpine A525 para ser reemplazado por el argentino. Ha perdido el tren y no se aprecia –alvo que en alguna de esas pruebas que le ofrecen muestre características originales que hasta aquí no ha mostrado- que pueda ser competencia para Colapinto. Salvo que aparezca subido a la cumbre de una montaña de dinero, lo que, en principio, no suena lógico.
El estonio Aron continúa siendo el piloto reserva de Alpine. Ha concretado ya algunas prácticas libres de Fórmula 1 (un par con Sauber, otra con el equipo de Enstone) sin causar sensación. No faltan los que dicen que, conductivamente, puede dar lo mismo que Colapinto, pero la demostración de semejante postulado es una cuestión de fe. El argentino suma kilómetros de carrera mientras el estonio hace banco, entonces no parece haber negocio en un hipotético trueque. Y tampoco es probable que Aron sacuda la tesorería de Alpine con un enorme cheque repleto de ceros en concepto de patrocinio calzador.
De manera que, si el panorama se redujera a estos tres pilotos –para ser más precisos, a Franco y a los otros dos-, no habría director deportivo en la Fórmula 1 que, en posesión de todos los datos, se arriesgara al cambio.
El tema es que, acaso, hay más. Al menos otros dos bien podrían ser candidatos.
Briatore asegura que a un rookie como Isack Hadjar le fue más fácil sacar resultados porque no corre para un equipo de fábrica como Alpine sino para uno cliente, como Racing Bulls, que recibe los motores de Honda. Hadjar, como Gabriel Bortoleto (Sauber) son, sin dudas, los debutantes del año y todo indica que se ganó una promoción a RedBull como ladero, en 2026, del por ahora campeón mundial Max Verstappen.
Eso deja en libertad de acción al enano japonés (ya que no soviético) Yuki Tsunoda, quien después de cinco temporadas en Fórmula 1 (106 carreras, un record de vuelta, ningún podio) ve crecer las chances de tener que buscarse otro conchabo.
Pero no hay que ser tan dramáticos. Honda pagó diez millones de dólares este año para que corriera en el equipo Racing Bulls y otros diez adicionales cuando fue promovido a RedBull a partir del GP de Japón. Como los nipones dejan de proveer motores a RedBull, tampoco seguirá pagando para sostener la carrera de su piloto allí.
Honda se convertirá en el abastecedor de motores de Aston Martin, que con Fernando Alonso y Lance Stroll ya tiene dotación completa para 2026. ¿Entonces?
El año próximo cambia por completo el reglamento técnico de la Fórmula 1, tanto los coches (que serán más chicos, menos pesados y contarán con aerodinamia activa) como los motores (que seguirán siendo híbridos pero con un reparto 50-50 entre la combustión y la energía eléctrica, en lugar de 80/20 como hasta ahora). En ese terreno innovador, los rumores sugieren que Mercedes lleva ventaja sobre Ferrari y Honda viene detrás.
Aquí está la clave: Alpine ya no usará motores Renault en 2026, porque los cambió por Mercedes. ¿Y qué podría ser mejor para Honda que tener un “espía” conduciendo un auto con ese motor? Volvamos al principio de la nota: la segunda butaca de Alpine todavía no está asignada para 2026. ¿Honda podría comprarla por otros 20 millones para sentar allí a su pupilo Tsunoda?
Nada se lo impide, salvo un veto explícito de Mercedes.
La otra alternativa viene de Italia. Se llama Leonardo Fornaroli, nació en Piacenza hace casi 21 años, es el actual campeón de la Fórmula 3, lidera actualmente el torneo de la Fórmula 2 –con serias chances de consagrarse en diciembre- e, insólitamente, no pertenece a ninguna academia de pilotos de F-1. Está libre.
La empresa familiar –Carta Fornaroli, un emprendimiento imprentero- lo acompañó en esta patriada. No tiene un sponsor de peso que lo empuje, pero… así como Colapinto cuenta con el apoyo personal de YPF, uno de los principales patrocinantes de Alpine es ENI, la exAgip, la petrolera más grande de la península, de la cual el gobierno de Giorgia Meloni posee la mayor parte del paquete accionario.
Un Fornaroli campeón, compatriota del Tío Flavio, podría ser un prospecto muy interesante para uno de los sponsors de Alpine. ¿Y qué tal es como piloto? Nunca deslumbró en Fórmula 3 -seguimos bien de cerca su campaña- y conquistó el título sin ganar una sola carrera. Lo obtuvo en la última vuelta de la última competencia, en Monza, venciendo a su compatriota Gabriele Mini que, paradójicamente, ¡era piloto de la Academia Alpine! En cambio, este año brilló mucho más en la F-2 y ganó cuatro de las últimas ocho competencias.
Tsunoda tiene experiencia en Fórmula 1, Fornaroli no. El nipón puede atraer por su experiencia y por el dinero más que por la expectativa de resultados, el italiano tiene la silueta de una auténtica apuesta, a suerte o verdad. Probablemente en ellos, más que en Doohan o Aron, esté la competencia de Colapinto por asegurarse la segunda butaca de Alpine para 2026, junto al incondicional Pierre Gasly. Al argentino no parece faltarle apoyo entusiasta para continuar. La clave está, literalmente, en sus manos.