"El tenis está roto"
La PTPA salió al cruce de los organismos que manejan el circuito. Demandas, comunicados, acusaciones y la palabra de Juan Pablo Paz, uno de los jugadores que usa los beneficios del sindicato.
La temporada comenzó agitada. Y no sólo dentro de las canchas: también se juega mucho al tenis fuera de ellas. En los primeros tres meses de competencia, además de grandes victorias y buenos partidos, tuvimos varios focos de atención ajenos a la acción. El doping-gate de Sinner, la lesión y el bajo nivel de Novak Djokovic con sensación a inicio de despedida final del Big 3, las intoxicaciones en Acapulco y ahora una disputa que viene de hace unos años y que cobró fuerza por una denuncia formal: PTPA vs. ATP, WTA, ITF e ITIA.
Vayamos por partes. ¿Qué es la PTPA? “Lo que comenzó como una conversación en 2019, desencadenó un movimiento global para reformar y hacer crecer el negocio del tenis”. Esa es la carta de presentación en el sitio web de la Professional Tennis Player Association. Se proclaman como una organización creada POR y PARA los jugadores (así, con mayúscula). “Somos la principal defensora de los tenistas profesionales a nivel mundial y trabajamos para apoyar, proteger y promover su bienestar dentro y fuera de la cancha”. Hasta acá muy parecido a lo que dice hacer la ATP y la WTA.
“Ellos no tienen un sistema de membresía”, nos explica el argentino Juan Pablo Paz, hoy 590 del mundo. “No es que podés firmar y ser parte, o por lo menos que yo sepa, pero me gusta creer que sí soy parte de la PTPA. Gracias a ellos tengo algo que me cambió la vida en los viajes, que es el ‘Priority Pass’. Tenían mil invitaciones para todos los aeropuertos del mundo y se la estuvieron dando a los jugadores, incluido a mí. Por lo tanto me considero parte de la PTPA: tengo los beneficios de los hoteles, de psicólogos y en teoría también de abogados, que por suerte nunca los tuve que usar”, resalta Paz, quien tocó su punto más alto en el ranking en 2017 alcanzando el 284° del mundo.
El final de la descripción de la PTPA en su sitio web tiene un golpe al mentón. “Trabajamos en nombre de los mejores intereses de todos los jugadores, y no respondemos ante ninguna otra parte interesada”. La frase parece una declaración de guerra. Una bandera que levanta bien en alto esta agrupación que tiene como fundadores y principales referentes a Novak Djokovic y al canadiense Vasek Pospisil, justamente dos jugadores que abandonaron el Consejo de Jugadores de la ATP en 2020.
Y la batalla quedó declarada oficialmente esta semana con una fuerte denuncia en los tribunales de la Unión Europa, Gran Bretaña y Estados Unidos vs. la ATP, la WTA, la ITF y la ITIA -en el ojo de la tormenta por el doping-gate de Sinner-, los cuatro organismos que comandan el ritmo del circuito. Funcionan “como un cartel” en un sistema “monopolístico, corrupto, ilegal y abusivo”, resalta la PTPA en un comunicado que compartieron abiertamente y en el que aseguran tener el respaldo de la mayoría de los 250 mejores jugadores masculinos y femeninos, con casi todos los que pertenecen al Top 20.
No obstante, no hubo muchas firmas de los tenistas. Apenas un puñado, cerca de quince, y con Nick Kyrgios, Reilly Opelka y Sorana Cirstea como nombres más fuertes. Esto puede tener varias lecturas:
1) El movimiento de apoyo es grande pero tal vez no todos se animen -o no les hayan dado la opción- a firmar un comunicado con estas acusaciones. “Creo que hay muchos jugadores que apoyan pero que hay pocos jugadores que quieren que su nombre sea público. No tengo miedo, me parece que hay muchas cosas que son inaceptables. Eso no significa que no tengamos suerte, tenemos una buena vida, eso es seguro. Pero creo que hay muchas cosas en este sistema que deben cambiarse”, explicó el francés Corentín Moutet, hoy N°76 del mundo.
2) Hubo ausencias llamativas, como la del propio Novak Djokovic, uno de los referentes de la PTPA. Según “The Athletic” habría declinado su firma para que se focalizara todo en un acción conjunta y no en un Djokovic vs. ATP. Aunque también dijo en Miami que “hay cosas con las que estoy de acuerdo en la demanda y otras con las que no. Me di cuenta de que quizá algunas expresiones eran bastante fuertes, pero supongo que el equipo jurídico sabe lo que hace y qué tipo de terminología debe utilizar para conseguir el efecto adecuado”.
3) A algunos jugadores no les ha llegado el mensaje, aunque desde la PTPA digan que hayan hablado con todos o con la mayoría. Carlos Alcaraz es uno de ellos. "Honestamente, me sorprendió porque nadie me dijo nada al respecto. Simplemente lo vi ayer en las redes sociales. Hay algunas cosas de esa carta con las que estoy de acuerdo, hay otras con las que no. Pero lo principal es que no la apoyo”.
4) Y otros directamente deciden no hablar del tema, como Gael Monfils. "No me interesa”, le respondió escuetamente el francés a L’Equipe ante la consulta.
“El reclamo está bien. No sé al 100% para ser exacto de todo lo que reclama, por qué y cómo lo hacen, porque si bien conozco a algunos referentes no estoy en esa conversación, pero, por todo lo que leí y sé, estoy de acuerdo. Siento que el tenis está roto, como ellos lo dicen, que hay muchas cosas en el tenis que se pueden mejorar. La ATP tiene un monopolio. Bueno, son el monopolio del tenis y creo que están bastante cómodos con esa postura y si no hay nadie que les haga pelea justamente van a manejarlo como les convenga. Y esa no es la manera correcta para que el tenis mejore”, señala Juan Pablo Paz.
En esta ocasión la PTPA hizo foco en siete puntos: colusión para reducir la competencia entre torneos, fijación de premios monetarios y supresión de ganancia de los jugadores, la obligación a jugar en ciertos torneos, la extensión del calendario (es de 11 meses) y la posibilidad de tener mayores descansos, un mayor cuidado a jugadores (no jugar a altas temperaturas, hasta altas horas de la madrugada, con pelotas diferentes en cada semana), la explotación financiera de los jugadores (los tenistas se ven obligados a ceder su imagen sin compensación alguna) y la violación de los derechos de privacidad (a los jugadores se les confiscan y registran los celulares sin consentimiento y se los somete a pruebas de drogas aleatorias en plena noche e interrogatorios sin representación legal).
La ATP estuvo rápida de reflejos y a las pocas horas del comunicado por la demanda alzó su voz desacreditando las acusaciones y acusando a la PTPA de desinformar y de buscar división. Y enumeró una serie de puntos altos en la gestión de los últimos años, más que nada en la parte financiera -aumentando premios en ATP y Challengers y ampliando el fondo de bonificación y de pensiones para jugadores- bajo la introducción de auditorías anuales independientes que transmiten una “total transparencia”. La WTA respondió de manera similar, marcando el crecimiento en los premios hacia un camino de igualdad salarial con el circuito masculino en sus principales eventos y el reciente lanzamiento del Maternity Fund, un proyecto que pretende darle tranquilidad económica a las jugadoras que tengan hijos. ITF por su parte indicó que el 90% de sus ingresos los reinvierte en el desarrollo global del tenis.
“Es cierto que la ATP creo que viene mejorando mucho en el último tiempo, pero bueno, los que están ahí arriba en el circuito evidentemente saben más cosas de las que yo sé, y por algo lanzaron esta demanda. Veo varios cambios positivos desde que subió al poder Andrea Gaudenzi, que está haciendo las cosas bastante bien. Pero creo que igual no es suficiente”, explica Juan Pablo Paz, quien de todas maneras agrega, sobre uno de los puntos que la ATP resalta como respuesta, que “claramente hay cosas que no son cómo dicen, como por ejemplo aunque el board sea 50/50 el que toma la decisión siempre va por el lado del torneo”.
"No se trata solo de dinero, sino de justicia, seguridad y dignidad humana fundamental. Es hora de rendir cuentas de una reforma real, y de un sistema que proteja y empodere a los jugadores. Todas las partes interesadas merecen un deporte que funcione con justicia e integridad", explicó el canadiense Vasek Pospisil.
Y si alguien sabe de estas desigualdades justamente es Paz, quien hace unas semanas expuso a la ITF (encargada de los Challengers y de los Men’s World Tennis -lo que eran los Futures) en sus redes sociales describiendo lo que le sucedió en el M25 de Antalya, en Turquía. "Me dolía la espalda y llamé al fisio para que me ponga un tape, a lo que me responden que no tenían para ponerme. Les dije que no había problema, que yo tenía el mío. Y ahí me dijeron que era lo mismo, porque no sabían cómo ponerlo. Entonces llamé al supervisor para que me diera una explicación y me dijo que en realidad no eran fisios, algo que ya sabíamos todos los que estábamos en el torneo porque cualquiera que sea el problema te lo solucionan poniendo una crema con un dedo y basta. O sea, digamos, hacen un torneo profesional de tenis sin fisio y no pasa nada”, descargó.
Paz agregó al respecto. “Hay dos circuitos, no tengas dudas. Hay mucha diferencia entre lo que son los torneos ATP y lo que son los torneos ITF, y mismo hay bastantes diferencias dentro de los de ATP por lo que hablo con los jugadores. Los torneos ITF no tienen ni cerca las condiciones ideales. Obviamente hay algunas excepciones y algún que otro torneo que está muy bueno y bien organizado, pero la gran mayoría no. Y yo creo que no debería ser la encargada de los torneos profesionales. Tienen un sistema que no me parece que sea el correcto para organizar torneos profesionales de tenis. Deberían hacerse a un lado, o que la ATP agarre también ese lado. Pero es algo muy difícil que pase”.
Si hablamos de dos circuitos, como dice Paz, tengamos en cuenta también las claras diferencias económicas y de posibilidades entre unos y otros. Hoy todos hablamos de Joao Fonseca y de Mirra Andreeva, pero esos ascensos disruptivos son contados con los dedos de las manos. El resto es todo un proceso, de crecimiento sostenido y paulatino. Y no siempre se ganan millones. Y no todos, claro. “Justamente vi algo que dijo Djokovic hace poco, que el tenis es el tercer deporte más visto del mundo, compartiendo el rating con el cricket, y sin embargo es el noveno en ganancias. El tenis tiene mucho para mejorar en ese aspecto. No puede ser que del tercer deporte más visto del mundo sólo puedan vivir 100 ó 150 tenistas. Me parece una locura. Ahí seguro hay mucho margen de mejora”, dice Paz.
Según Sportico, sitio web especializado en business deportivo, el tenis fue el séptimo deporte mejor pago en 2024 promediando los 100 mejores salarios. Pero muy lejos del mercado. Por ejemplo, la NFL lideró con un promedio de 17.3 millones, seguido por la NBA (14.3) y la MLB (13), mientras que ATP + WTA tuvo un promedio de 1.2, detrás de la PGA + LIV + LPGA que tuvo 3.1. Y si hilamos fino, siguiendo con la misma fuente, apenas dos jugadores estuvieron dentro de los 100 mejores pagos del año: Jannick Sinner (N°43) y Carlos Alcaraz (N°87). Como contraste, un claro retroceso de hace 3 años, cuando en 2021 eran siete los tenistas en el Top 100. Claro, tres de ellos eran Federer, Nadal y Serena, hoy retirados; y otro era Djokovic, algo apagado en estos últimos meses. No era por los organismos sino por los nombres propios.
“Hay muchas maneras de mejorar el circuito. Obviamente que ninguna va a ser de la noche a la mañana. Creo que todas van a llevar tiempo, pero siento que hay muchas maneras de mejorar el tenis. Es cuestión de que más gente que ame el tenis ponga su granito de arena y trate de ayudar al deporte. Creo que si el deporte está como está es porque la mayoría de los jugadores que vivieron del tenis una vez que terminaron su carrera se olvidaron del tenis y se dedicaron a otras cosas. Cada uno puede hacer lo que quiera de su vida, obvio, pero creo que para que esto mejore tiene que involucrarse más gente que ame al tenis”, analiza Paz.
Y ciertamente esa parece ser la regla del PTPA, con la premisa de arreglar un tenis roto. Gente de tenis intentando mejorar el tenis. Su tenis. El camino de todas maneras parece ser en conjunto y no separado o confrontando con la ATP y la WTA. Habrá que ver cómo repercuten estas acusaciones. Si sólo fue un movimiento para agitar las aguas o si fue un cimbronazo con cicatrices duraderas.