Premier League y el síndrome de la billetera infinita
Con millones sobre la mesa, figuras que cambian de camiseta y un mercado que no conoce límites, la Premier League vuelve a escena reforzando su reinado global.
Kevin De Bruyne se mete por primera vez en el vestuario del Napoli de Italia. Cómo es costumbre, arropado por personal del club que lo va guiando hasta el lugar reservado para cambiarse. Allí reposa la indumentaria oficial del club y el belga exclama con nitidez un “¡Nooo, el 10!” que retumba. La sorpresa del categórico talento dura poco y el staff del club le aclara que es sólo la ropa de entrenamiento.
El belga trazó una destacada carrera en su paso por la poderosa Premier League de Inglaterra y jugará por primera vez en la Serie A de Italia. Tras la conquista de 19 títulos con el Manchester City, el ciclo llegó a su fin y fichó como libre con el vigente campeón de la primera división italiana. En la temporada 2015-16, De Bruyne fue la ficha de más valor en su arribo a la Premier: los Ciudadanos abonaron 74 millones de euros al Wolfsburgo de Alemania para hacerse con los servicios del estratega belga. En esa campaña, todos los clubes de la primera división inglesa gastaron en conjunto 522 millones de libras esterlinas.
En el horizonte asoma una nueva edición de la fascinante y atrapante Premier League. Con su fútbol enérgico y vistoso, sumado a algunas licencias y con un ritmo uno o dos escalones por encima del resto, se convirtió en la favorita de los fanáticos. Chiliz Group realizó una encuesta en 2024 revelando que la Premier League representa el 37 % de la preferencia de fans por clubes extranjeros, seguida por LaLiga con 25 %. ¿Más? El 69 % de los aficionados al fútbol en el mundo están interesados en la Premier League, y su audiencia de TV potencial alcanzó los 4.7 mil millones de personas al ser transmitidas en 212 territorios.
El próximo viernes 15 de agosto, Liverpool, el campeón reinante, será local en el mítico Anfield Road ante el Bournemouth dando inicio a una nueva temporada del torneo inglés. Tal vez, sea el estreno de Florian Wirtz. El alemán, procedente del Bayer Leverkusen, se convirtió en el fichaje más caro de la historia de la Premier League. Los 125 millones de euros parecen una buena inversión, pensando en el potencial del todavía joven de 22 años cumplidos en mayo. Claro, el precoz debut en plena pandemia con el conjunto alemán se dio a días de cumplir los 17 años, situación que lo llevó incluso a perderse algún partido de competición europea al tener que quedarse en su país natal para rendir un examen del colegio. 197 partidos y 57 goles después, uno de los grandes prospectos del fútbol alemán y mundial, llega como el gran refuerzo a un campeón que funciona muy bien.
Eso no es todo, Jeremie Frimpong fue uno de los grandes aliados del mencionado Wirtz en el super Bayer Leverkusen que, gestado por Xabi Alonso, obtuvo por primera vez la Bundesliga alemana. El neerlandés también será jugador del Liverpool: llegó por algo más de 30 millones de euros. Es cierto, marcamos en estas líneas en un repaso por la temporada de coronación, Arne Slot y la dirigencia del Liverpool no hicieron grandes gastos la temporada pasada. Igualmente, sin entrar en detalles sobre cifras extremadamente finas y demás, sabemos los artilugios legales y la letra chica, siempre juegan un papel trascendental a la hora de cumplir con ciertas normas del Fair Play financiero. La cara, muchos creen, parece que también.
El poder de gol siempre suma unos ceros en el cartel de la vidriera. Viktor Gyökeres, sueco, de 27 años, se convirtió en refuerzo del Arsenal tras una interminable novela de verano para salir del Sporting de Portugal. Es que los 97 goles en 102 partidos seducen a cualquiera. Más a un equipo de los Gunners que necesita de una figura de esas características y llegó a jugar con Mikel Merino en la función de falso 9 en la temporada reciente. El atacante buscará revancha en un fútbol que conoce: en sus inicios jugó muy poco en Brighton (8PJ 1G) y luego fue cedido a Swansea y Coventry, donde comenzó a destacarse con dos temporadas finales dónde sumó 40 goles en 97 presentaciones.
Matheus Cunha cerró dos temporadas con 72 partidos y 32 goles oficiales con el Wolverhampton. Suficiente para que el necesitado Manchester United abone más de 60 millones para contratarlo y convertirlo en la cuarta transferencia (hasta ahora) más abultada del vigente mercado de pases. El Chelsea abonó una cifra similar por João Pedro y ya valió la pena: lo sacó de sus vacaciones en Río de Janeiro para jugar el Mundial de Clubes y terminó celebrando el título de campeón.
Luego de la temporada más conflictiva (y eso que terminó tercero) desde el arribo de Pep Guardiola, el Manchester City salió con potencia y rapidez al mercado para sumar a Tijani Reijnders (mediocentro neerlandés con gol que llega del Milan), Rayan Cherki (un virtuoso francés, de pie elegante, dicen debilidad de Zidane), Aït-Nouri (voluntarioso y prolijo de Wolverhampton) y Sverre Nypan (apuesta por el joven talento del Rosenborg) por 155 millones de euros. Ah, durante enero había gastado más de 100 en Omar Marmoush y Nico González.
Ya hablamos en estas líneas de la oscura actualidad del Manchester United. En el proceso de restructuración que encabeza como armador el portugués Ruben Amorím, la llegada de refuerzos de peso era una jugada cantada. Sin embargo, hasta ahora fue a la carga por talento que viene probándose de buena manera en equipos de la misma liga, pero con espalda y responsabilidades diferentes. Bryan Mbeumo, nacido en Francia y jugador del seleccionado de Camerún, fue uno de los nombres apuntados desde el principio: varias reuniones, negociaciones calientes y más de 65 millones de libras (que pueden ir hasta 71 con según las variables) dejaron contentos a todos: el DT portugués tiene al jugador que pidió y las cuenta bancaria del Brentford fue engrosada con nitidez.
Entre los rutilantes nombres del robusto mercado de pases aparece el Michael Sansoni que se sumó a las filas del Manchester United. ¿De quién se trata? El británico es ingeniero en aeronáutica y astronáutica y trabajo durante un tiempo largo como técnico en simulación de rendimiento en... Mercedes. Sí, la escudería de la Formula 1. La plata no se invierte sólo en protagonistas que brillen el verde césped.
“Billetera mata galán”, es la frase de cabecera del particular y mítico personaje de la farándula argentina Jacobo Winograd. En la Premier League, el poder de seducción con el dinero fresco sobre la mesa, no sólo lo utilizan los equipos del Big Six. Por caso, Brighton gastó más de 30 millones de libras para sumar al griego Charalampos Kostoulas desde el Olympiacos, West Ham pagó alrededor de £34.5 al Niza por Jean-Clair Todibo y el ascendido Sunderland no tiene problemas en estirarse hasta los 20 para sumar al experimentado Granit Xhaka.
Obviamente, en un deporte colectivo y de tantas variables, el gasto no es sinónimo de éxito ni interna ni externamente. Al margen de contar con el vigente campeón del Mundial de Clubes de la FIFA y obtener con Tottenham la Europa League y con el mismo Chelsea la Conference League, apenas Arsenal llegó hasta las semifinales de la versión 24-25 de la Champions League que estrenó el todavía polémico formato de Fase de Liga en su primera etapa. Y esto lo marcamos, ya que la Premier League va a camino a cerrar el balance de egresos en fichajes desde 2015 en una cifra superior a los 23 mil millones de euros, el 28,1% del gasto global en transferencias. Duplicando con creces los casi 11 mil millones de la Serie A de Italia.
Para comprar, también hay que vender. El colombiano Luis Díaz ya fue presentado como flamante refuerzo del poderoso Bayern Münich que pagó más de 65 millones de euros, por el talentoso media punta que, con la llegada de Wirtz y algún notorio desmanejo en las horas posteriores al trágico fallecimiento de su compañero Diogo Jota, perdería terreno en Liverpool. Dean Huijsen, defensor elogiado hasta el hartazgo por José Mourinho en su etapa en Roma, salió del Bournemouth con destino al Real Madrid por más de 40 millones de euros. Particular será el arranque de la competición: el Liverpool abonó una cifra similar al Bournemouth (su primer rival) por el lateral izquierdo húngaro Milos Kerkez.
Son otras las cifras, en todo aspecto, pero se acaba de publicar un detallado informe que ubica a los clubes de la Premiership, primera división de rugby de Inglaterra, con una deuda acumulada por sus diez clubes participantes en la última temporada de 32 millones de libras. La liga inició la temporada 22-23 con treces equipos. Es el tercer deporte en popularidad en Inglaterra, detrás obviamente del fútbol y del cricket.
Encontrar el inicio o el final del arco iris para dar con la fuente llena de oro parece ser una tarea realizada con creces por la Premier League. No sólo eso, parece no tener fondo. La figura de la alcancía del chanchito que se rompe de un golpe seco, con cierto recelo, y sinsabor al saber que habrá que volver a comenzar de cero, no tiene sustento en una liga que gasta a diestra y siniestra y parece generar lo necesario para no encontrar un descalabro financiero en el horizonte. ¿Será?